domingo, 1 de marzo de 2009

El nuevo jefe de UBS ve cambios en el secreto bancario

ZURICH.- El nuevo director general del banco UBS AG cree que Suiza debería considerar cambios en sus leyes sobre el secreto bancario para que no proteja a presuntos evasores fiscales, según una entrevista publicada este fín de semana.

Oswald Gruebel indicó al periódico bisemanal Finanz und Wirtschaft que el secreto bancario suizo debe cambiar para aliviar la presión política que ejercen otros países sobre la Confederación Helvética.

Alemania, Gran Bretaña y Estados Unidos exigieron que Suiza abra sus cuentas bancarias a las investigaciones fiscales extranjeras. UBS está sometido a una investigación estadounidense sobre presunta asociación ilícita para defraudar al gobierno norteamericano en evasiones fiscales de miles de sus clientes.

"Es dudoso que podamos seguir ocultando a los evasores fiscales tras el secreto bancario", dijo Gruebel a Finanz und Wirtschaft.

El ejecutivo alemán de 66 años, designado al cargo el jueves, dijo que el secreto bancario podría continuar si alterados algunos de sus aspectos.

Conforme al derecho suizo, los investigadores fiscales extranjeros sólo pueden recibir colaboración de Suiza si una persona es sospechosa de cometer fraude fiscal evidente. En el caso de que una persona cometa solamente una evasión fiscal (por ejemplo, al no declarar la totalidad de sus bienes) las autoridades y los bancos helvéticos no pueden facilitar los detalles financieros del cliente, a fin de proteger su privacidad.

"El secreto bancario ha ayudado mucho a Suiza", dijo Gruebel al periódico.

"El centro financiero ha hecho rico a nuestro país".

El ejecutivo agregó que otros países utilizan el tema del secreto bancario para atacar la posición de Suiza como principal centro de gerencia de patrimonios, a fin de lograr el retorno de miles de millones de dólares a sus propios centros financieros.

UBS comparecerá la próxima semana ante la comisión bancaria del Senado para responder a las preguntas sobre los paraísos fiscales de ultramar.

El banco sostiene que bajo las leyes del secreto bancario suizo no puede facilitar los nombres de sus clientes estadounidenses a no ser que las autoridades norteamericanas sigan los procedimiento legales apropiados, incluyendo aportar pruebas suficientes de que cada cliente es sospechoso de fraude fiscal.

El banco entregó recientemente a la embajada estadounidense en Berna los nombres de unos 250 a 300 sospechosos de haber cometido fraude fiscal.

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