lunes, 30 de marzo de 2009

La arriesgada alianza entre Fiat y Chrysler genera interrogantes en Italia

MILÁN.- La alianza entre la estadounidense Chrysler y la italiana Fiat, que podría ayudar con su experiencia a superar la grave crisis del gigante americano, genera dudas en Italia por los riesgos que corre la casa de Turín, que por su parte promete "salvar empleos" en Estados Unidos.

La alianza no sólo permitirá a Chrysler reforzar su propia solidez financiera sino que contribuirá a preservar empleos en Estados Unidos", aseguró este lunes Sergio Marchionne, consejero delegado de Fiat, tras conocer el plan de rescate del sector automovilístico presentado por el presidente estadounidense Barack Obama.

"Estamos convencidos de que las tecnologías ecológicas y las plataformas para automóviles pequeños y medianos que ha desarrollado Fiat tendrán un papel clave en la reconstrucción de una relación sólida entre el grupo Chrysler y el consumidor estadounidense", agregó.

Los dos constructores de automóviles firmaron en enero un acuerdo preliminar que permite a Fiat entrar en el capital del gigante estadounidense, al borde de la quiebra, con una participación del 35%.

"Agradezco públicamente (a Obama, ndr) su invitación a concretar una alianza sólida entre Chrysler y Fiat", reconoce el número uno de Fiat en el comunicado.

El grupo italiano ofrece sólo tecnología para que Chrysler pueda producir vehículos de pequeño y mediano tamaño y no desembolsará dinero por su participación.

Pese a los elogios del presidente estadounidense, varios expertos y observadores se interrogan sobre los riesgos para la casa italiana.

"La operación ideada por Sergio Marchionne, consejero delegado de Fiat, está cambiando de dirección. El gobierno estadounidense solicita un acuerdo preciso antes de aportar dinero", subrayó Umberto Bertelé, presidente de la Escuela de Comercio del Politécnico de Milán.

La administración estadounidense reclama finalmente a Fiat un "compromiso mayor", sostiene el experto.

El grupo de trabajo creado por Obama para analizar la crisis automotriz estimó este lunes que el más pequeño de los llamados "Big Three" de Detroit no puede seguir adelante y que la alianza con el grupo italiano "puede ser el inicio de un camino viable".

Los expertos consideran que existen aún "grandes obstáculos" para alcanzar en 30 días un acuerdo definitivo, condición indispensable para que el Estado federal estadounidense conceda nuevos aportes a Chrysler.

"Primero la alianza y luego, eventualmente, contribuir. Eso implica muchos más riesgos para Fiat, que adquiere parte de un grupo que se encuentra en un estado peor del previsto", sostiene el analista.

Para otros observadores se necesita mayor claridad: "No se puede adquirir el 35% de algo sin poner un centavo. Fiat quiere que en el caso de que todo salga bien, poder ganar y si pierde, espera que los contribuyentes americanos paguen", comentó.

Emmanuel Bulle, de la agencia de calificación financiera Fitch, considera que la dirección de Fiat actúa de forma correcta.

"Estamos en un periodo de crisis, nos necesitamos todos, los unos a los otros", subrayó.

Los temores sobre la operación se reflejaron este lunes en el título de Fiat, que cayó 9,35% y se cotizó a 4,7775 euros.

La experiencia de Fiat, que estuvo al borde de la quiebra y logró enderezar sus cuentas tras la llegada en el 2004 de Marchionne, resulta ejemplar para la casa estadounidense.

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