miércoles, 18 de marzo de 2009

La FSA británica achaca la crisis a una "fe exagerada" en el mercado e insta a ampliar la cooperación internacional

LONDRES.- La Autoridad de Servicios Financieros (FSA, por sus siglas en inglés) publicó hoy el estudio Turner sobre la regulación bancaria global, en el que, a petición del canciller del Tesoro británico, el presidente de la FSA, Lord Turner, apunta como principales causas de la crisis los desequilibrios macroeconómicos y la innovación financiera de escaso valor y con importantes deficiencias en la regulación sobre capital y liquidez bancaria, "alimentados por una fe exagerada en que los mercados se corrigieran solos".

Como soluciones, Turner propone basar la regulación y la supervisión de los mercados financieros en acercamientos "macroprudentes", más que en centrarse sólo en entidades concretas.

Así, sugiere crear una perspectiva con "amplitud de sistema", pues opina que en los orígenes de la crisis fue más importante el fracaso de no ver el sistema "como una gran foto" que fracasos concretos en la supervisión de firmas individuales.

Para que este sistema global funcione, Turner cree prescindible un Gobierno global, pero necesaria una mayor y más intensa cooperación internacional, así como un mayor uso de los poderes nacionales.

Estos cambios "profundos" deberán ser introducidos "cuidadosamente", ya que los bancos británicos están ahora capitalizados a un nivel que les permitiría manejar una importante presión y la prioridad a corto plazo es mantener los préstamos bancarios a la economía.

Por otro lado, Turner, quien lamentó la "inefectividad" de algunas estrategias individuales de los bancos, cree que "una economía de mercado global sigue siendo la mejor manera de reportar prosperidad global".

A su juicio, esto requiere un sistema "centrado en servir las necesidades de los negocios y las familias, no en tomar riesgos para conseguir beneficios rápidos".

Por otro lado, aunque la FSA reconoce que hay áreas para las que aún es prematuro hacer una recomendación, insta a las autoridades internacionales al debate y propone una serie de reformas concretas en el sistema.

En este sentido, cree fundamental cambiar la regulación sobre cuentas bancarias y sobre su liquidez y capital, del que afirma que debería ser de mayor calidad para evitar riesgos en la actividad comercial.

En el apartado de la regulación sobre la liquidez, Turner insta a controlar las actividades bancarias no sujetas a base legal, como los 'hedge funds'.

Por último, sugiere una serie de medidas para evitar los conflictos de interés y los riesgos excesivos, siempre con una mira amplia y centrada en las estrategias de negocio.

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