El presidente de la Comisión Europea José Manuel Barroso y otros funcionarios anunciaron el acuerdo al concluir una reunión de dos días entre los líderes de los 27 estados miembros de la UE, centrados en evitar que empeore la recesión en el Viejo Continente.
"Europa ha encarado el desafío", dijo Barroso.
Los líderes de la UE dijeron que el bloque aportará entre 75.000 millones y 100.000 millones de euros en créditos adicionales al FMI.
La decisión final sobre la reforma del FMI será adoptada en una reunión del Grupo de los 20 que tendría lugar a partir del 2 de abril en Londres.
Los funcionarios de la UE se negaron a incrementar sus planes de estímulo económico en el encuentro del G-20, e insistieron que primero hay que reforzar los mecanismos regulatorios y dotar de más dinero al FMI.
"La reunión cimera del G-20 tiene como fin lograr una mejor regulación de los mercados internacionales de capital, algo muy necesario", dijo el primer ministro checo Marek Topolanek.
Los líderes indicaron que la clave consiste en coordinar las medidas internacionales, incluso a costa de compartir más poder con las economías emergentes como Brasil, China y la India en las organizaciones internacionales como el FMI.
La UE sostuvo que el FMI, creado en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial, debe desempeñar un mayor cometido en la supervisión y aportar más fondos en créditos de emergencia a países en apuros financieros.
Los líderes acordaron además duplicar los fondos para rescatar a los estados miembros en apuros a 50.000 millones de euros (68.000 millones de dólares). Topolanek, cuyo país ocupa la presidencia rotativa de la UE, dijo que el dinero será destinado a "países particularmente afectados por la crisis" y que no usan el euro.
Hungría y Letonia recibieron ya 9.600 millones de euros del fondo, que recauda dinero mediante la venta de bonos. Rumania ha pedido ayuda a la UE y al FMI.
Los líderes de la UE pedirán a otras naciones que mantienen abiertos sus mercados y "eviten todos los tipos de medidas proteccionistas", además de intentar, una vez más, reanudar las empantanadas negociaciones sobre comercio mundial.
Empero, la sombra del proteccionismo amenazó con enturbiar las gestiones de los líderes de adoptar un frente común en la reunión cimera del G-20, al anunciar la empresa francesa Renault SA que trasladará su exceso de producción de una planta de Eslovenia a otra de Francia y creará de paso 400 puestos de trabajo en el territorio francés.
Los líderes de la UE acordaron además gastar 5.000 millones de euros (6.800 millones de dólares) en fondos no utilizados del presupuesto de la UE para tercer nuevas redes de electricidad y generar energía renovable.
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