domingo, 1 de marzo de 2009

Las inmobiliarias españolas pierden 6.000 millones en 2008 por el desplome de ventas y precios

MADRID.-Las principales inmobiliarias cotizadas cerraron 2008 con unas pérdidas conjuntas de 6.000 millones de euros, frente al beneficio de casi 1.450 millones obtenido un año antes, debido a la caída de las ventas y los precios, que ha provocado la depreciación de los activos de estas compañías.

El ajuste de un mercado que estaba sobrevalorado ha hecho necesario adaptar a la situación actual el valor de los inmuebles, lo que ha obligado a las inmobiliarias a hacer provisiones por cientos de millones de euros para cubrir esa devaluación.

En paralelo, las inmobiliarias se han visto obligadas a renegociar su endeudamiento financiero en un entorno de restricción de crédito.

La mayoría ha conseguido aplazar pagos, aunque en algunos casos ha sido a costa de ceder el control de las empresas a los propios bancos acreedores, como ha ocurrido con Colonial y Metrovacesa.

Entre las que no lograron salvar la situación está Martinsa-Fadesa, que en julio optó por el concurso de acreedores, y que de momento no ha presentado las cuentas de 2008, aunque hasta septiembre había perdido 2.250,7 millones de euros por la caída del valor de sus activos.

La depreciación de los inmuebles es la causa común del quebranto de todas las inmobiliarias, a las que también perjudicó la paralización de las ventas de vivienda, lo que se tradujo en una caída de sus ingresos conjuntos del 2,6 por ciento, hasta 5.350 millones de euros.

Reyal Urbis es de las pocas que consiguió incrementar significativamente sus ingresos gracias a la venta de suelo, lo que no sirvió para compensar el deterioro de sus activos, que le provocó unas pérdidas de 875 millones.

Colonial perdió más de 3.980 millones, tras destinar 2.372,1 millones a cubrir la depreciación de sus inversiones en el grupo FCC y en Riofisa, así como otros 1.969,9 millones para compensar la caída del valor de mercado de sus activos inmobiliarios, en tanto que su volumen de negocio disminuyó el 13 por ciento.

Las pérdidas de Afirma, un 14 por ciento superiores a las registradas en 2007, fueron consecuencia de la dotación de 322 millones para adaptar a precios de mercado el valor de sus inmuebles, a pesar de que su negocio creció el 4 por ciento, impulsado por los ingresos procedentes de la venta de suelo.

En el caso de Metrovacesa, el importe provisionado fue de 335,9 millones, a lo que se suma un descenso de las ventas de vivienda de más del 31 por ciento y a una caída de las preventas de casi el 89 por ciento.

De las grandes, sólo Testa mantuvo las ganancias -aunque fueron un 34 por ciento inferiores a las de 2007-, gracias a la subida de casi el 5 por ciento del negocio del alquiler, principal fuente de ingresos de esta filial del grupo Sacyr-Vallehermoso.

También le fue bien a Realia el negocio del arrendamiento, pero no fue suficiente para contrarrestar la caída de otros ingresos, lo que unido a las provisiones de 126 millones para reparar la disminución de valor de sus activos, se tradujo en unas pérdidas de cerca de 46 millones.

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