miércoles, 18 de marzo de 2009

Los 27 pedirán que se dé prioridad a la reforma del sistema financiero

BRUSELAS.- Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea pedirán durante la tradicional cumbre de primavera que comienza mañana sábado en Bruselas y se prolongará hasta el viernes que se dé prioridad a la reforma de la arquitectura financiera internacional y no a la puesta en marcha de una segunda ronda de planes de estímulo económico para combatir la recesión, como reclama Estados Unidos.

El Consejo Europeo de primavera, que estará precedido por la cumbre social tripartita con la participación de la patronal y los sindicatos, se centrará en la crisis financiera, su impacto en la economía real y en el empleo, y los preparativos de la cumbre del G-20 que se celebrará en Londres el próximo 2 de abril.

De cara a esta cita, los 27 pedirán que se dupliquen los recursos del Fondo Monetario Internacional (FMI), hasta alcanzar los 500.000 millones de dólares, para que este órgano pueda ayudar más rápidamente a los países con problemas. De esta cantidad, los Estados miembros están dispuestos a aportar entre 75.000 y 100.000 millones, según se recoge en el borrador de conclusiones de la cumbre.

Los líderes europeos expresarán además su disposición a aumentar el tamaño del fondo de 25.000 millones de euros para acudir al rescate de los países del Este. Hasta ahora este fondo se ha utilizado para ayudar a Hungría y Letonia en cooperación con el FMI, mientras Rumanía ha pedido también auxilio.

La Comisión sostiene que el fondo, cuya dotación ya se duplicó el año pasado, todavía tiene recursos suficientes, pero los líderes de la UE pedirán al Ejecutivo comunitario y a sus ministros de Economía "considerar rápidamente la posibilidad de aumentar el mecanismo de ayuda financiera a la balanza de pagos", aunque sin especificar cifras.

Los líderes europeos ya rechazaron en la cumbre extraordinaria del pasado 1 de marzo poner en marcha un plan de ayuda a los países del Este de 190.000 millones de euros, tal y como pedía Hungría, y se comprometieron a ayudar a los países con problemas pero "caso por caso".

Los países de la UE repetirán que ya han gastado mucho en la recuperación con los planes de estímulo que se aprobaron a finales del año pasado y que ahora lo "urgente" es que la cumbre del G-20 apruebe una reforma del marco regulatorio y de supervisión del sistema financiero internacional, no sólo para evitar que se repitan nuevas crisis como la actual, sino también para generar "credibilidad" y "confianza", acelerando así la recuperación, según explicaron fuentes diplomáticas.

Los planes de estímulo adoptados por los países de la UE, sumados al aumento del gasto público para pagar las prestaciones por desempleo, equivalen al 3,3% del PIB comunitario, es decir, más de 400.000 millones de euros, según se destaca en el borrador de conclusiones de la cumbre. "Aunque los efectos positivos tardarán en notarse en la economía, la magnitud del esfuerzo presupuestario generará nuevas inversiones, impulsará la demanda y creará empleo", subraya el texto.

Para los líderes europeos, ahora lo fundamental es seguir aplicando estos planes de recuperación y no pensar en otros nuevos. "Lo que nuestros ciudadanos necesitan ahora no son palabras sino acciones", dijo este miércoles el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.

Resaltó que aquellos Estados miembros que tengan "margen de maniobra desde el punto de vista presupuestario" para mejorar la ayuda a los parados "deberían hacer más", pero repitió que la UE ya está "haciendo más que nadie en el mundo" desde el punto de vista social.

"Ni en el otro lado del Atlántico ni en Asia u otras partes del mundo tienen el sistema de bienestar que tenemos nosotros", insistió. "Nuestra contribución es mucho mayor que la de otros. Creo que otros deberían incrementar su esfuerzo también. Sería una buena contribución a la recuperación si otros pueden hacer lo que nosotros estamos haciendo", dijo.

Las medidas que adopten los países contra la crisis deben evitar el proteccionismo y la discriminación de productos y servicios de otros Estados miembros. Asimismo, se pedirá a los Gobiernos que presenten "lo antes posible" estrategias de salida que permitan "devolver los déficits públicos lo antes posible a posiciones compatibles con una hacienda pública sostenible".

Los jefes de Estado y de Gobierno tratarán de cerrar un acuerdo sobre los 5.000 millones de euros extra del presupuesto comunitario que Barroso quiere movilizar como aportación de la UE contra la recesión. Este dinero se dedicaría a proyectos de energía y banda ancha. Pero los Gobiernos siguen sin ponerse de acuerdo sobre de dónde saldrá el dinero, sobre todo debido a las reticencias de Alemania, ni sobre la lista de proyectos.

Para España, la Comisión propone destinar 225 millones de euros de fondos comunitarios a la línea de muy alta tensión (MAT) entre España y Francia y otros 40 millones de euros para mejorar la interconexión eléctrica entre España y Portugal. Además, el Ejecutivo comunitario quiere dedicar 180 millones de euros al proyecto de captura y almacenamiento de carbono en Compostilla (León). El Gobierno reclama más dinero para la interconexión de gas con el norte de África.

Además de aplicar los planes de recuperación, los jefes de Estado y de Gobierno resaltarán que es imprescindible "hacer nuevos esfuerzos para mejorar la gestión macroeconómica mundial y la reglamentación y la supervisión de las instituciones financieras", subraya el borrador. En este sentido, los líderes europeos se comprometerán a tomar las "primeras decisiones" a escala de la UE en junio de 2009.

Para ello, tomarán como punto de partida el informe sobre supervisión elaborado por un grupo de expertos dirigido por el ex director del FMI, Jacques Delarosière, al considerar se trata de "una buena base para el trabajo futuro".

Los líderes europeos insistirán en que "es preciso adoptar, con carácter prioritario, medidas oportunas, temporales y selectivas para estimular el empleo y para prevenir y limitar la pérdida de puestos de trabajo y sus efectos sociales negativos". La lucha contra el paro debe ser la "prioridad número 1", dijo Barroso. Para ello, se empezará a preparar ya la próxima reunión extraordinaria de jefes de Estado y de Gobierno sobre el empleo que se celebrará el 7 de mayo.

También se aprobará la posición común de la UE de cara a la cumbre del G-20 en Londres. Además de apostar por un aumento de los recursos del FMI, los 27 pedirán la reforma de este órgano para que refleje mejor el peso de las economías emergentes y apostarán además por revisar el proceso de selección del director del FMI y del presidente del Banco Mundial.

Los líderes europeos pedirán de nuevo la reglamentación y supervisión adecuadas de todos los mercados y productos financieros y de los participantes en el sector financiero, incluyendo los 'hedge funds' y las agencias de calificación de riesgos. Y apostarán por imponer sanciones a los paraísos fiscales, así como reformas en el sistema de remuneración de los directivos.

La UE solicitará mejorar la cooperación en materia de supervisión mediante el establecimiento, antes de finales de 2009, de colegios de supervisores de las principales instituciones financieras transfronterizas.

Finalmente, los jefes de Estado y de Gobierno pedirán que todos los bancos del mundo imiten el modelo de provisiones dinámicas implantado por el Banco de España. Ello supone que las entidades deberán dotarse de márgenes adicionales de recursos en épocas propicias, de tal forma que estén mejor preparados para hacer frente a las dificultades cuando se invierta la solución.

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