domingo, 1 de marzo de 2009

Los bancos 'se tragan' los pisos en España

MADRID.- El debate sobre la creación de un banco malo que aglutine los activos con problemas de las diversas entidades financieras gana intensidad a una velocidad directamente proporcional a la expansión de las dificultades en los balances de las entidades.

Pero, como no está claro el final de ese debate, de momento los bancos han encontrado una vía de creación de sus particulares bancos malos, con los que están consiguiendo contener el desenfrenado incremento de la morosidad.

Se trata de la puesta en marcha de sociedades dedicadas a la adquisición de activos, principalmente inmuebles y solares, de clientes con extrema dificultad para pagar sus préstamos. Este sistema, en contra del impulsado por algunas cajas, no saca esos activos de los balances.

Fuentes del sector financiero consultadas por este diario resaltan la importancia de diferenciar activos malos (que serían de los que se habla en España) de los tóxicos existentes en otros países y que, hasta el momento, no han aparecido en el nuestro.

Los activos de España mantienen un valor, aunque sea notablemente inferior al de antes de la crisis, tras las caídas de precios en el sector inmobiliario, argumentan los bancos y cajas españoles.Pero un bono tóxico no vale nada y ni siquiera hay un mercado en el que sacarlo a la venta.

Dentro de estos particulares banco malos españoles el más grande es el del Santander. Los activos adquiridos por la entidad ascienden a 2.634 millones de euros, a los que se suman otros 1.134 millones que se ha gastado Banesto. El Santander afirma que sólo el 13% de los activos adquiridos habrían acabado en morosidad, pero eso no deja de ser un ejercicio meramente subjetivo.

La entidad que preside Emilio Botín utiliza la sociedad Altamira Real State para comercializar los pisos que adquiere (sus compras se hacen a un precio medio un 10% inferior al del mercado, sostiene el banco). Por ahora los ha empezado a vender entre sus empleados, pero en breve ampliará la oferta a los clientes.

La segunda entidad más activa en este capítulo ha sido el Banco Popular, con cerca de 1.500 millones gastados en activos inmobiliarios.La entidad que preside Angel Ron utiliza la sociedad Aliseda para intentar sacar al mercado esas viviendas.

En cuanto al Banco Sabadell, ya cuenta con activos por valor de 800 millones de euros, que gestiona a través de Solvia, una sociedad que ha crecido también en gestores con la incorporación de varios de los antiguos responsables de Landscape, la histórica inmobiliaria del Sabadell vendida hace tres años.

Mientras, BBVA ha sido, teniendo en cuenta su tamaño, menos proclive a la compra de activos inmobiliarios, partida a la que dedicó 730 millones en 2008.

En todo caso, todas estas entidades coinciden en la conveniencia de buscar fórmulas que permitan, al tiempo, ayudar a ciertos clientes que puedan atravesar por malos momentos y de paso y no menos importante, contener la morosidad.

Al cierre de 2008 los créditos de dudoso cobro del conjunto del sector financiero español representaban el 3,37% del total. Pero si los alrededor de 30.000 millones gastados en adquirir activos hubiesen pasado al capítulo de morosidad, ésta ya andaría por el 5%.

Si hay un banco que se ha desmarcado de esta estrategia es Bankinter.«No somos una inmobiliaria», ha sentenciado públicamente su consejero delegado, Jaime Echegoyen.

La entidad puede presumir de tener la tasa de morosidad más baja de todo el sector, por lo que no tiene necesidad de invertir millonarias cantidades en comprar activos que frenen el deterioro de su cartera crediticia, algo a lo que apenas destinó 59 millones de euros el pasado año.

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