domingo, 1 de marzo de 2009

Los europarlamentarios no saben qué es la crisis

BRUSELAS.- Pierre Trudeau, carismático y algo extravagante primer ministro de Canadá durante 16 años, solía decir que «el ingrediente esencial de la política es la oportunidad». Cuando se une a la preparación, el resultado es aquello que llamamos suerte; la dirección contraria puede acabar en catástrofe.

Mientras la UE se hunde en la recesión, las empresas anuncian despidos, congelan y bajan los sueldos, y los gobiernos -como el de EEUU- intentan dar ejemplo de contención salarial, el próximo julio, con la nueva legislatura del Parlamento Europeo, entrará en vigor la reforma, aprobada en 2005, que doblará el sueldo a la mayoría de los eurodiputados, se escribe en 'El Mundo'.

Tras las elecciones del 7 de junio, se aplicará la equiparación salarial básica para los Veintisiete de 7.665 euros brutos, que acabará con las diferencias de los sistemas nacionales por las que un italiano, con sus más de 12.000 euros mensuales, cobra ahora un 1.500% más que un representante húngaro.

Los españoles, que reciben lo mismo que los miembros del Congreso de los Diputados (algo más de 3.100 brutos), aumentarán su nómina en más de 4.000 euros. El salto será mucho más radical para búlgaros o húngaros, que ahora no llegan ni a mileuristas.

Los únicos que, en teoría, podrían notar el recorte son los italianos y, temporalmente, los británicos, por la bajada de la libra.Sin embargo, todavía tienen la opción de quedarse en el viejo sistema durante un periodo de transición y sus gobiernos ya se han ofrecido a completar la diferencia.

Aún así, estas cifras -modestas para los parámetros de las instituciones europeas- esconden que la reforma, tal vez, ahorre dinero al contribuyente europeo. De hecho, el nuevo estatuto del eurodiputado recorta el grueso de las ganancias extra de las que viven los parlamentarios: los gastos no justificados.

Además de la dieta de 287 euros por día de sesión (es decir, más de 5.000 al mes), según el sistema actual, los eurodiputados reciben por sus billetes de avión una cantidad no según el precio pagado, sino según un baremo artificial muy generoso.

Por ejemplo, por un pasaje Madrid-Bruselas que puede costar 80 euros o menos -comprado con tiempo, como ellos pueden hacer, ya que el calendario se conoce con meses de antelación-, cada parlamentario recibe el precio de una tarifa completa (800 euros ó más), el desplazamiento al aeropuerto, calculado por kilómetros, sin ninguna factura de por medio, y un extra adicional por la distancia total de su ciudad a Bruselas (unos 400 euros más en el caso de Madrid), es decir, un pago que se acerca, con tranquilidad, a los 2.000 euros.

Con la reforma se acabará este chollo y el pago será el real del billete. Además, se controlarán más otras asignaciones mensuales, como los 4.000 euros por gastos de oficina y los 17.000 para asistentes.

«Es un gran avance en la buena dirección. Nos gustaría más control y auditorías independientes, pero, al menos, los gastos están más controlados», explica por teléfono Richard Corbett, laborista británico que, con su grupo, somete sus cuentas a controles externos y ha convertido la transparencia comunitaria en su batalla personal.Esta semana, se ha indignado con la insistencia de su colega Gérard Onesta en un proyecto para ampliar el gimnasio del Parlamento en Bruselas con una polémica piscina de acqua-gym y sesiones de fisioterapia para diputados, funcionarios y asistentes.

«El gimnasio fue creado en los 90, cuando éramos 15 países, y ahora somos 27. Practicar deporte aumenta entre un 20 y un 50% la productividad y disminuye entre un 20 y un 40% las bajas por enfermedad», explica a este diario Onesta, que lleva años luchando por una idea que, según el francés de los Verdes, ahorrará gastos en facturas médicas.

Su propuesta, en realidad, es que la empresa a la que se adjudique el gimnasio pague el precio de la reforma, estimada entre 5,5 y 9 millones de euros, y la amortice con una subida de la mensualidad de suscripción o la aceptación de funcionarios de otras instituciones.

El concurso está ahora abierto, si bien, en plena crisis, será difícil encontrar a alguien dispuesto a encargarse de esos costes, que la UE sólo adelantaría. «Se necesita una empresa estable en el tiempo», explica Ralph Pine, portavoz del Parlamento.

Los titulares de que en la Eurocámara se construye «un gimnasio de lujo» en plena recesión asustan a alemanes y británicos. Onesta, que asegura haber bloqueado la compra de Blackberrys para todos, reconoce que puede haber un problema de imagen, aunque dice que «en tiempo de recesión, se deberían dar trabajo», y proyectos así crearán nuevos puestos.

El eurodiputado, responsable de los edificios de la Eurocámara en Bruselas, Estrasburgo y Luxemburgo, repite que no pretende montar una piscina, sino un espacio de hidromasaje: «En una piscina se puede nadar, en ésta, no». Algunos expertos, sin embargo, discuten la idea de Onesta incluso desde el punto de vista arquitectónico y comentan por los daños que el cloro puede ocasionar al hormigón.Uno de los lemas básicos de los aparejadores es «nunca metas agua dentro de un edificio ya construido».

¿Austeridad?

Los sueldos no son iguales para todos. Los italianos cobran 12.000 euros al mes, los búlgaros o los húngaros no llegan ni a 'mileuristas'.

La reforma reduce extras muy 'jugosos'. Un diputado cobra 287 euros de dieta por sesión (5.000 euros al mes) y unos 2.000 euros por cada viaje en avión.

Asistentes: Los miembros de la Cámara reciben 4.000 euros al mes por gastos de oficina y 17.000 para que paguen a sus asistentes.

¿Perdedores?: Aquellos, como italianos e ingleses, que cobren menos tras la reforma podrán quedarse con el viejo sistema durante un periodo de transición.

La piscina: Esta semana, la polémica ha surgido por la intención del francés 'verde' Gérard Onesta de ampliar el gimnasio con una piscina de 'acqua-gym'.

No hay comentarios:

Publicar un comentario