miércoles, 29 de abril de 2009

El dispositivo anticrisis se pone en marcha en EEUU

WASHINGTON.- En cien días, el gobierno de Barack Obama tomó importantes medidas para sacar a la economía estadounidense de una crisis inédita desde hace sesenta años. A pesar de que actualmente se detectan señales de recuperación, los riesgos siguen siendo reales.

Nada más llegar al poder, el pasado 20 de enero, el presidente estadounidense heredó una situación catastrófica: con un país en recesión desde hacía un año y en plena caída de su Producto Interno Bruto, una sangría de despidos y el desempleo a su máximo histórico desde 1992. Para complicar las cosas, las finanzas públicas estadounidenses estaban en un estado lamentable, con un déficit presupuestario récord.

La situación está lejos de haber mejorado desde entonces, pero los estadounidenses consideran que las orientaciones de la política económica son buenas. Según un sondeo reciente, el 58% piensa que el presidente sigue un "plan claro para resolver los problemas económicos del país".

La incertidumbre ligada a las dificultades del nombramiento del Secretario del Tesoro, Timothy Geithner, debido a problemas fiscales, parece haber quedado superada.

De hecho, según las palabras del propio ministro, el gobierno dedicó prioritariamente sus primeros días a resolver la crisis. La medida más notoria de estos primeros 100 días fue sin ninguna duda la aprobación del plan de reactivación presupuestaria por valor de 787.000 millones de dólares en tres años, dispositivo que Obama promulgó a mediados de febrero.

El plan empieza a surtir efecto, según varios analistas, gracias a los 286.000 millones de reducciones de impuestos para estimular el consumo. El resto del paquete está dedicado a financiar inversiones que tendrán sus efectos a más largo plazo.

En paralelo, el Tesoro continuó, remodeló e intensificó las medidas del gobierno anterior para estabilizar el sistema financiero.

Sobre los 700.000 millones de dólares atribuidos por el Congreso para salvar los bancos, el gobierno Bush había distribuido 355.400 millones de dólares. La administración Obama desbloqueó 235.000 millones suplementarios, entre los cuales 50.000 millones que servirán para que los propietarios al borde del desahucio puedan renegociar sus préstamos.

Geithner lanzó igualmente un plan de compra de los activos 'tóxicos' acumulados por los bancos con la inyección de miles de millones de dólares gracias a la creación de asociaciones entre el Estado y el sector privado.

Con todas estas medidas, las diferentes piezas del puzzle llegan progresivamente a su lugar, aunque queda mucho por hacer.

El miércoles, el Fondo Monetario Internacional enfrió las esperanzas de una recuperación rápida de la economía anunciando que según sus previsiones ésta no se produciría antes del 2010 en Estados Unidos y que el crecimiento sería nulo ese año.

Por ello, a largo plazo, cuando regrese el crecimiento, el gobierno tendrá que ocuparse del déficit presupuestario, que alcanzará la cifra exorbitante de 1,7 a 1,8 billones de dólares este año.

Todo esto sin olvidar las promesas de campaña, Obama se comprometió a bajar los impuestos de manera permanente al 95% de los estadounidenses y las actuales deducciones son sólo temporales.

También prometió ampliar la cobertura médica a los 46 millones de estadounidenses que carecen de ella. Todo un reto en plena explosión del déficit presupuestario y con el aumento de los trabajadores que pierden sus empleos y se quedan sin seguro social.

No hay comentarios:

Publicar un comentario