"Estadísticas recientes sugieren que la caída de nuestras economías se ha reducido y que empiezan a emerger algunos signos de estabilización", afirmó el G-7 en un comunicado tras reunirse este viernes en Washington.
Y aunque confían en que la actividad económica debería empezar a recuperarse "más tarde este año" en medio de perspectivas todavía débiles, advierten de que los riesgos a la baja todavía "persisten".
Los líderes del G-7 renovaron el compromiso adquirido en la reunión de Londres el pasado 2 de abril de seguir "trabajando conjuntamente" para recuperar el empleo y el crecimiento y para prevenir que una nueva crisis de esta magnitud vuelva a ocurrir otra vez.
Así, los ministros de Finanzas se comprometieron a aprobar cuantos esfuerzos sean necesarios para acelerar la senda del crecimiento y al mismo tiempo preservar la sostenibilidad fiscal a largo plazo.
"Seguiremos actuando, cuanto sea necesario, para restaurar el crédito, proveer la liquidez necesaria, inyectar capital en las instituciones financieras, proteger los ahorros y depósitos y hacer frente a los activos tóxicos", añadieron.
Además, se comprometieron a abstenerse de levantar nuevas barreras a las inversiones o al comercio de bienes y servicios imponiendo nuevas restricciones a la exportación o aplicando las medidas de la Organización Mundial del Comercio para estimular las exportaciones.
Por otro lado reconoce que muchos países están jugando un papel central en la economía global y dan la bienvenida a sus contribuciones al esfuerzo colectivo de la comunidad internacional para promover la recuperación.
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