Con todo, el golpe no será tan fuerte como en otras regiones de mercados emergentes, dijo el FMI en su Perspectiva Económica Mundial.
La crisis crediticia global ha cerrado accesos a capitales en América Latina y el Caribe, elevado el costo de los préstamos en bancos locales y también para gobiernos y empresas que intentan obtener fondos mediante bonos, dijo el FMI en el informe anual.
Sin acceso al crédito, caen el consumo y la producción industrial a pesar de los planes de estímulo que incrementan el gasto fiscal.
La caída global ha reducido la demanda mundial de petróleo, metales y productos agrícolas, lo cual paraliza la actividad económica en una región dependiente de la exportación de materias primas.
Se prevé una contracción particularmente aguda en México, que envía el 80% de sus exportaciones a Estados Unidos; en Venezuela, donde el petróleo comprende el 93% de las exportaciones; y en pequeños países del Caribe que dependen del turismo y del dinero que remiten los migrantes desde Estados Unidos, dijo el FMI.
Sin embargo, en comparación con las economías estadounidense y japonesa, así como los mercados emergentes de Europa y los ex estados soviéticos, la economía latinoamericana tiene un desempeño relativamente bueno, dijo la institución crediticia con sede en Washington.
Golpeados por las crisis bancarias y de deuda externa de los 80 y 90, muchos países de la región llegaron a la crisis actual con regulaciones financieras más firmes, menores vínculos con los bancos de las economías desarrolladas y balances del sector público "relativamente fuertes", altas reservas monetarias, presupuestos equilibrados y bajos niveles de deuda externa, según el FMI.
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