jueves, 23 de abril de 2009

La tasa de paro en España podría llegar a un catastrófico 30% en 2011 / Edward Hugh *

El número de desempleados en España volvió a subir en marzo: "sólo" 123.543 parados más. Digo "sólo" porque, evidentemente, es menos que el incremento de 154.508 registrado en febrero, o que los 198.530 parados más registrados en enero.

Y, en efecto, muchas informaciones periodísticas rebosaban con los argumentos de la Secretaria General de Empleo, Maravillas Rojo (capaz, por lo visto, de obrar "maravillas"), según los cuales España, en el mes de marzo, habría registrado el menor incremento semestral de desempleo (en comparación con el mes anterior).

Sin embargo, para quienes se acercan un poco más a la cosa desde el punto de vista del análisis económico (descreídos de maravillas milagreras) y toman en cuenta los factores estacionales, el incremento de un 3,55% en el mes de marzo revela una tendencia más o menos constante, y en modo alguno signos de mejora, a despecho de los programas de grandes estímulos. En marzo del pasado año, por ejemplo, el desempleo cayó cerca de un 0,62%.

Cuando observamos la situación año a año (lo que contribuye a eliminar, más o menos, la variación estacional), lo que encontramos es que la tasa interanual de incremento de un 56,69% fue de lejos la más alta.

Así pues, el desempleo total creció hasta los 3.605.402, la mayor cifra desde 1996, y el incremento del 3,5% (123.543 nuevos parados) en marzo fue el mayor desde 1996 –cuando se introdujo el método de cálculo actual—, de acuerdo con las revelaciones del ministerio. Este mes ha registrado el duodécimo incremento seguido, y ha sido el sexto mes consecutivo en el que se han registrado más de 100.000 nuevos parados en España.

Lo que nos lleva a los pronósticos. Básicamente, podríamos vérnoslas con dos escenarios, uno moderado y otro peor. En el escenario moderado, el desempleo total alcanzará los 4,5 millones de desempleados en diciembre de este año, y los 6 millones de parados en diciembre de 2010. En el escenario peor, estaremos ya en los 5 millones por navidades, y alcanzaremos los 7 millones a fines de 2010. Todo depende.

En términos de tasa de desempleo, la última estimación trimestral ofrecida por el Instituto Nacional de Estadística (INE) era de un 13,9% para el cuarto trimestre de 2008. Sin embargo, de acuerdo con la agencia estadística de la UE, Eurostat, la tasa de desempleo en España creció hasta un 15,5 en febrero, el nivel más alto del conjunto de 27 naciones. (La media de la UE era del 7,9%.) La tasa de desempleo española ha venido creciendo cada trimestre desde que bajó hasta un 7,95% en el segundo trimestre de 2007, su nivel más bajo desde 1978.

El gobierno espera ahora que el desempleo crezca hasta un 15,9% a fines de año, pero se trata, evidentemente, de una esperanza de todo punto irrealista, puesto que ya nos hallamos prácticamente a ese nivel, y hasta la Comisión Europea, normalmente conservadora cuando se trata de estimaciones a la baja, es harto más pesimista, puesto que prevé que en España la tasa de desempleo seguirá creciendo hasta alcanzar un 16,1% en 2010 y un 18,7% en 2011.

Mi predicción sería que, en un escenario moderado, la tasa de desempleo se acercaría a un 20% a fines de 2009 y a un 25% a fines de 2010, y en el peor escenario, posiblemente rondaría un 22% a fines de este año, y se hallaría entre un 27% y un 30% a fines de 2010. Estos números son terribles, y resultan difíciles de creer, pero lo cierto es que nos hallamos en una senda (especialmente ahora, con las vías de agua abiertas en el sistema bancario: ahora mismo se especula, tan creciente como documentadamente, aquí, en Cataluña, con el futuro inmediato de Caixa Panadés y Caixa Catalunya) en la que resulta muy difícil imaginar cómo podría evitarse llegar a esa situación si nadie hace nada.

Y puesto que ahora mismo todos los dirigentes europeos parecen estar de acuerdo en negar de consuno que España esté atravesando por dificultades especiales, no parece probable que vaya a hacerse nada. (Jean Claude Trichet se limitó a decir lo siguiente al periodista español que le preguntó en la conferencia de prensa de por la situación del sistema bancario español: "Tengo plena confianza en la fortaleza del sistema bancario español".)

Incluso la reunión del G-20, que está marcando la línea, parece tener poco que ofrecer a países como España: hubo una muchedumbre de ideas sobre cómo evitar la caída en otra situación de burbuja en, digamos, 2020, pero prácticamente nada sobre cómo salir de la que nos tiene atrapados.

¿Cree usted en la teoría de la probabilidad del "terremoto"? Ya sabe, la que sostiene que si no vivió usted un terremoto ayer, y no ha vivido un terremoto hoy, entonces la probabilidad de tener un terremoto mañana es más alta. Bueno, pues tal parece ser la teoría de la probabilidad abrazada tácitamente por los consumidores españoles. ¿Por qué? Porque la confianza de los consumidores españoles volvió a crecer este mes, hasta los 53,7 puntos, por encima de los 48,6 puntos de febrero.

El Índice de Confianza proporcionado por el Instituto Oficial de Crédito (ICO) español estaba en 73,1 en marzo del año pasado, batió un récord bajista en julio, con 46.3, cuando los precios del petróleo se dispararon y el Banco Central Europeo (BCE) subió los tipos hasta el 4,5%: desde entonces, ha oscilado en torno al nivel de los 50 puntos, en medio de bajadas de los precios del crudo y de sucesivas decisiones del BCE de bajar los tipos.

Pero si echamos un vistazo al desplome de los componentes individuales, veremos que las lecturas de las actuales condiciones, de la situación del empleo y del estado de la nación, no han dejado de estar en contacto desde hace mucho con el fondo. El único componente que no ha tocado (todavía) fondo de verdad es el de las expectativas. Los españoles son optimistas (hasta que se vuelven pesimistas en serio, claro está), y ese componente ha venido subiendo en los últimos meses, a pesar de que las condiciones no han hecho sino deteriorarse más y más.

Por eso digo que deben de creer en algo parecido a la teoría de la probabilidad del "terremoto", pensando que cuantos más días pasen con las cosas yendo mal, más probable es que mañana vayan mejor.

El índice JPMorgan Global Manufacturing PMI –que proporciona una imagen de conjunto de las condiciones de la producción que se dan en todo el planeta— se publicó a comienzos de esta semana, y arrojaba un valor de 37,2 para marzo. Aun hallándose substancialmente por debajo del valor que indica que no ha habido cambios (50,0), el PMI ha subido por tercer mes consecutivo, y se halla a su nivel más alto desde el pasado octubre. La gran mayoría de los PMI nacionales de manufactura crecieron en marzo, incluyendo los de EEUU, Rusia, Japón, China, el grueso de la Eurozona y el Reino Unido.

Se trata, sin embargo, del período más largo y sostenido de contracción de toda la serie histórica, y todavía no está claro cómo saldremos de ésta. En general, la caída de producción refleja una débil demanda, con un declive de nuevos pedidos para el duodécimo mes en una columna. Lo preocupante es que no está nada claro de dónde puede venir el rebote de la demanda necesario para la recuperación.

El Markit Eurozone Final Manufacturing PMI para marzo creció muy poco desde febrero, pasando de 33,5 a 33,9 puntos. Así pues, el PMI [Product Manufacturing Information] apuntaba a una moderación marginal en la tasa de declive desde el ritmo récord del mes pasado. El volumen de producción mostraba el declive menos pronunciado de los cinco últimos meses, y una caída menor de la estimada por el índice Flash [de precios al consumidor], aunque la tasa de declive permanecía muy por encima de la acostumbrada antes del pasado octubre.

Con la excepción de Italia, Austria y Grecia, las tasas de contracción se moderaron en los ocho países observados. Holanda conoció la menor (aún si todavía profunda) caída de producción, mientras que España registraba la caída de producción más profunda por undécimo mes consecutivo. Por productos, los productores de bienes de inversión informaban de la más profunda caída de producción por tercer mes consecutivo, seguidos de cerca por los productores de bienes intermedios.

Entretanto, las empresas de bienes de consumo informaban de la tasa más débil de declive por séptimo mes consecutivo. Las reservas tanto de materias primas como de productos manufacturados caían a tasas récord, a medida que las compañías e concentraban en la disminución de su capacidad operativa y en el control de costes. La reducción de las reservas de bienes sin vender fue especialmente profunda en Irlanda, Alemania y Francia.

La senda de declive en la actividad manufacturera española se moderó en marzo, pero siguió teniendo la tasa de contracción más profunda de todos los países de la Eurozona. El PMI creció entre febrero y marzo, pasando de un 31,8 a un 32,9, alejándose un poco más del récord bajista registrado en diciembre (28,5).

Todos los indicadores principales observados siguen muy por debajo del nivel 50, que separa el crecimiento de la contracción. El volumen de producción y los nuevos pedidos siguieron contrayéndose drásticamente en marzo, pero a ritmos menores de los registrados en los pasados seis meses, y muchos apuntan a una demanda desfallecida como causa principal, porque los clientes recortan gastos.

"Los datos del PMI de marzo sugieren que la senda de declive del sector manufacturero español se ha moderado", declaró el economista Andrew Harker en Markit Economics, añadiendo que el volumen de nuevos pedidos y de producción se hallaban bastante por encima de los récords bajistas registrados el pasado año.

Pero Harker tuvo que tomarse la molestia de destacar que las cifras de marzo no podían interpretarse en modo alguno como indicios de inflexión en la economía española. El desempleo en el sector seguía subiendo, en línea con la caída de producción, mientras que el paro en el conjunto de la economía española llegaba al 15%, la tasa más elevada de la Unión Europea.

Más del 34% de los entrevistados por Markit dijeron haber notado niveles más bajos de empleo a fines del último trimestre. El volumen de la ocupación ha venido encogiéndose continuamente desde septiembre de 2007, de acuerdo con este estudio.

El desplome de la demanda ha afectado también a los costos, tanto a los de insumo como a los de venta de producto, que cayeron en marzo a los niveles más bajos de la serie observada. Los costes de insumo cayeron, porque las empresas negociaron mejores precios con sus proveedores, mientras que los precios de los productos cayeron porque esas economías pasaron a los consumidores y también porque los negocios se libraron a una mayor competencia en los precios.

La inflación preliminar armonizada cayó en España a un -0,1% en marzo, según los datos proporcionados por el gobierno el lunes, el primer resultado negativo en 45 años, resultado de una recesión cada vez más profunda que gravita sobre el precio de los granos.

(*) Edward Hugh es un macroeconomista especializado en teoría del crecimiento y de la productividad, los procesos demográficos y su impacto en el conjunto de la economía, así como en la dinámica subyacente a los flujos migratorios

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