domingo, 19 de abril de 2009

Obama divisa una "tenue luz de esperanza" para economía, pero 2009 será difícil

WASHINGTON.- El presidente estadounidense, Barack Obama, dijo esta semana que se distingue una "tenue luz de esperanza" para la economía, pero advirtió a los estadounidenses de que las dificultades no terminaron y que 2009 será un año difícil, con más supresiones de empleos y embargos de viviendas.

La industria automovilística estadounidense, amenazada de quiebra, o el gigante de los seguros AIG deben prepararse para tomar decisiones "difíciles", dijo en un importante discurso fundamentando su política económica en Washington.

"Los tiempos siguen siendo duros, no hay duda. No salimos del pozo todavía, pero desde nuestro punto de vista, realmente por primera vez comenzamos a ver una tenue luz de esperanza", dijo Obama en un discurso pronunciado en la Universidad de Georgetown.

Obama mencionó las medidas tomadas en menos de tres meses por su administración: un gigantesco plan de reactivación del consumo y las inversiones, planes para depurar los balances de los bancos de sus activos "tóxicos" y reanudar el flujo del crédito a fin de detener la hemorragia de embargos inmobiliarios.

El mandatario demócrata invocó además la reducción de tasas por parte de la Reserva Federal, pero también la cooperación con otros países industrializados y emergentes para enfrentar la crisis.

Estas medidas permiten que se perciban "señales de avances económicos", afirmó, citando movimiento en los mercados de empleo e inmobiliario, señalando que "las pequeñas empresas asisten a un incremento de la actividad en el sector de préstamos por primera vez en meses".

El presidente de la Reserva Federal estadounidense (Fed), Ben Bernanke, concuerda en que "recientemente vimos tímidas señales de que la fuerte baja de la actividad económica podría estar desacelerándose", según el texto de otro discurso.

Obama advirtió sin embargo que "ello no significa que los tiempos difíciles hayan quedado atrás. 2009 seguirá siendo un año difícil para la economía estadounidense", afirmó.

"La severidad de la recesión causará nuevas supresiones de empleos, nuevos embargos inmobiliarios y más dolor antes de que finalice el año", advirtió el mandatario demócrata.

"El mercado continuará subiendo y bajando. El crédito todavía no fluye tan fácilmente como debería. El proceso de reestructuración de AIG y de los fabricantes de automotores implicará opciones dificultosas e impopulares en algunos casos", agregó.

El gigante automotor General Motors (GM) y su rival Chrysler recibieron miles de millones de dólares del Estado para evitar la quiebra, pero Obama acaba de rechazar sus planes de reestructuración y emplazarlos a presentar soluciones "viables" para obtener más recursos, dejando planear abiertamente la amenaza de una quiebra.

"Esperamos ardientemente que Chrysler encuentre en las próximas semanas un socio viable y que GM desarrolle un plan de actividades que lo ponga en el camino de la rentabilidad sin el apoyo infinito del contribuyente estadounidense", dijo Obama, cuya administración preconiza una alianza entre Chrysler y el grupo italiano Fiat.

En momentos en que necesita todo su capital político antes de tomar nuevas decisiones, no solamente para el sector automotor sino también para los bancos, Obama se defendió de las críticas sobre gastos que aumentan un déficit abismal, exceso de intervencionismo gubernamental o por el contrario, negativa a nacionalizar preventivamente grandes instituciones financieras.

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