lunes, 4 de mayo de 2009

Cuba, rodeada de mar, obligada a cultivar peces en agua dulce

LA HABANA.- Rodeada de mar, Cuba, sin embargo, no produce suficientes pescados y apuesta ahora al "cultivo" de especies de agua dulce para sustituir las costosas importaciiones y garantizar alimento a su población.

Con sus 17 hectáreas, el Centro de Preparación Acuícola "Mamposton", ubicado en la localidad de San José de las Lajas, a unos 30 kilómetros de la capital, se convirtió en estos años en referencia para la investigación, la capacitación y la producción (filetes, alimentos para peces, etc) a partir del cultivo de especies, especialmente tilapia y claria.

"Este centro produce unas 300 toneladas anuales de pescado", indicó orgullosa Mirtha Vinjoy, subdirectora del organismo, el mayor de 26 centros de cultivo de peces con los que cuenta la isla.

Vinjoy aseguró que su trabajo contribuirá a ahorrarle al país muchos recursos, un llamado que hace eco al reiterado pedido del presidente Raúl Castro, quien priorizó la alicaída generación de alimentos muy costosos para Cuba.

¿Por qué cultivar estos peces de agua dulce en embalses y estanques, cuando unos 6.000 kilómetros de costa rodean la isla?

Parecería una paradoja, pero, por el contrario, "es parte de una estrategia", aseguró Julio Baisre, experto y consultor ministerial.

"En Cuba las costas son impresionantes desde el punto de vista de su belleza pero tienen poco alimento... Es muy costoso reproducir peces tropicales y engordarlos hasta una talla comercial a precios que sean competitivos", agregó Baisre.

Según las últimas cifras oficiales disponibles en 2008, el volumen de captura bruta del sector fue de 60.900 toneladas, incluyendo peces (agua dulce y plataforma marina) y mariscos. De ello la acuicultura tanto en su version intensiva (en estanques) como extensiva (con alevines plantados en los embalses) aportó unas 30.500 toneladas.

"La gran producción de los océanos está en áreas muy específicas, en aguas templadas o bien en cuatro zonas que producen afloramientos (sur de América, sur de Africa, Mediterráneo y costas de California), que representan más de 50% de la producciones de pescado mundial", lamentó Baisre, para quien Cuba tiene que comprar en el mercado internacional 30.000 toneladas de productos marinos para satisfacer a su población.

Las autoridades indicaron que en 2007 se gastaron unos 48 millones de dólares en adquirir pescados y sus productos en el exterior, la mayor parte destinado a la mesa de los cubanos o los centros sociales como hospitales.

Un reporte de la FAO dio cuenta de los retos de Cuba: para el organismo la isla "no ha experimentado crecimientos" en los últimos años en su pesquería de plataforma, ni se prevé un desarrollo de la de alta mar debido al "al alto costo operacional y por no poseer zonas de pesca".

Las dificultades fueron reconocidas el año pasado por el gobierno, sus suscribió un acuerdo para crear una empresa pesquera mixta con Venezuela con el objetivo "retomar" la captura en alta mar y resolver "la insuficiente oferta" de este producto en la mesa de los cubanos.

Con esta perspectivas "la acuicultura es su principal línea de desarrollo futuro", comentó el reporte de la FAO. Existe "la suficiente estructura y personal calificado" en Cuba para trabajar tanto en el cultivo de peces de agua dulce y como en la camaronicultura, manifestó.

"El primer caso (acuicultura de agua dulce) está dirigido a satisfacer las necesidades de la población" mientras la camaronicultura constituye "una vía muy favorable para incrementar la entrada de divisas por su exportación", agregó el informe.

Cuba exporta unos 81 millones de dólares en productos de la pesca, especialmente langosta y camarones --la captura de esta especie cultivada es de 3.600 toneladas-- con destino a Europa.

Y según la FAO la acuicultura de agua dulce podría crecer a un 8% anual hasta el 2010, un indicador positivo si se observa que tras la crisis económica de los 90, recién en esta década de logró recuperar este rubro, tanto en la forma de cultivo intensivo (en estanques especiales) como extensivo (en embalses).

Otro tema en el tapete para las autoridades cubanas es el reclamo de los grupos ambientalistas, que protestan por la introducción de la claria en el ambiente cubano.

También llamado pez gato por sus notorios bigotes, este bagre llegó a la isla en 1999, cuando los expertos cubanos se entusiasmaron por su alto rendimiento y su capacidad de alimentarse con toda clase de desperdicios.

Sin embargo, poco después los pobladores de algunas localidades --sobre todo en la Ciénaga de Zapata-- reportaron que el pez se reproducía tan voraz y exitosamente que ponía en peligro las especies locales gracias a su capacidad de moverse fuera del agua --arrastrarse--, pues en caso de necesidad y sin control, la claria es capaz de comerse entre sí o a pequeños animales como ranas y aves, así como a las crías de tortugas.

"Ninguna especie animal o vegetal de la que el hombre se alimente se convierte en una plaga", opinó el experto Baisre, quien reconoció que precisamente esta especie es base en el programa de acuicultura nacional.

Se trata de criterios "sensacionalistas", aseguró Baisre, para quien tanto la acuicultura como la claria llegaron para quedarse.

Y la realidad parece demostrarlo pues la captura de este bagre dio un salto de 659 toneladas anuales en 2002 a 4.400 toneladas.

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