miércoles, 13 de mayo de 2009

El Banco de Inglaterra prevé una recuperación más lenta que el Gobierno y admite que ignora si será sostenida

LONDRES.- El gobernador del Banco de Inglaterra (BoE, en sus siglas en inglés), Mervyn King, dio hoy a conocer unas previsiones de la economía británica que empeoran las estimaciones del Gobierno, ya que si el Ministerio del Tesoro calculaba la contracción del Producto Interior Bruto (PIB) del 3,5% para 2009, la institución financiera considera que el recorte se situará entre el 4% y el 4,5%.

Además, en la presentación del informe trimestral sobre la evolución de la inflación, King admitió que por el momento ignora el carácter sostenido de la recuperación, que situó para mediados del próximo año por "razones bastante sólidas", las mismas que, no obstante, lo llevaron a "cuestionar si será sostenida" a medio plazo.

Así, el BoE ha modificado sus previsiones iniciales, que apuntaban a que el retorno al crecimiento se produciría a final de este año, y las ha agravado en comparación con las del titular del Tesoro, Alistair Darling, quien en la exposición presupuestaria del pasado 22 de abril cifró en un 1,25% la recuperación para 2010 y del 3,5% para los ejercicios siguientes.

En su informe, el banco central rebajó los cálculos a un crecimiento del 2,5% para el próximo bienio y recordó que las perspectivas de recuperación "se mantienen inusualmente inciertas" como consecuencia de "excepcionales factores económicos y financieros que afectan a las previsiones".

"Hay razones bastante sólidas para suponer que habrá una recuperación el próximo año, pero también para cuestionar si será sostenida", insistió King.

El análisis de King provocó una notable caída de la libra, cuya evolución se vio influida por la advertencia del gobernador, que señaló que, según el balance de las entidades financieras, los riesgos" que aún persisten conducen inevitablemente a una "recuperación relativamente lenta y prolongada" en el tiempo.

Además, añadió que tanto los plazos como la solidez de la misma son "altamente inciertos", si bien por primera vez matizó que detecta razones para el optimismo, puesto que la economía llegará en este primer semestre por fin a su pico más bajo y, a partir de mediados de entonces, abandonará la senda del descenso.

Sin embargo, apuntó que estas estimaciones dependerán en gran medida de los planes del Ejecutivo para estimular el aparato financiero y reforzar la libra y que deberían devolver la fortaleza al sistema bancario, cuyos problemas, alertó, permanecen.

Asimismo, consideró prematuro evaluar la eficacia de poner dinero nuevo en circulación, una de las apuestas de la institución para contribuir a la recuperación promovida en paralelo al recorte de intereses, que ha situado los tipos en el nivel más bajo en sus más de 300 años de historia.

En su opinión, será necesario más de un semestre para "ver más evidencias" de una situación que, aunque verá el fin del declive de la economía, llevará más tiempo de lo previsto inicialmente. "La economía se restablecerá, pero el proceso podría ser lento", insistió King, quien aclaró que, incluso de producirse una recuperación "entre los próximos seis a nueve meses, no se sabe cómo de sostenida será", dado el "peso de los problemas de los balances que están por conocerse".

En consecuencia, calificó de "extremadamente imprudente decir que se sabe lo que pasará", puesto que "hay un balance de riesgos", entre los que figura la propia evolución de la inflación, que seguirá bajando hasta llegar al 0,5 por ciento a final de año, si bien no entrará en números negativos, según sus previsiones. Posteriormente, según el banco, el IPC se irá recuperando hasta el 1,2 por ciento en el próximo bienio, con todo, por debajo de los objetivos del 2 por ciento fijados por el propio BoE.

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