El crudo estadounidense para entrega en julio cerró con un alza de 1,63 dólares a 65,08 dólares el barril, el cierre más alto desde el 5 de noviembre, tras tocar un máximo en el día de 65,44 dólares. El Brent del mar del Norte avanzó 1,89 dólares a 64,39 dólares el barril.
Las existencias estadounidenses de crudo cayeron más de lo esperado la semana pasada, porque las refinerías elevaron el procesamiento de petróleo, mientras que los de la gasolina se redujeron por quinta semana consecutiva, informó la Administración de Información de Energía (EIA por sus siglas en inglés).
Los inventarios comerciales de crudo cayeron en 5,4 millones de barriles en la semana al 22 de mayo, dijo la EIA, muy por encima del declive de 700.000 anticipado por los analistas.
"Lo que estamos viendo es que el lado de la demanda está comenzando a mejorar", dijo Phil Flynn de Alaron Trading.
"El consumo de gasolina durante el fin de semana del Día de los Caídos es un punto crítico (a la hora de) juzgar la salud de la economía estadounidense", agregó.
El precio del crudo se ha recuperado desde el mínimo de casi cinco años de 32,40 dólares el barril registrado en diciembre. El ministro de Petróleo de Arabia Saudí dijo en Viena que el mundo puede afrontar un rango de entre 75 y 80 dólares.
El jueves, Ali al Naimi dijo a periodistas que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) decidió mantener sus niveles de bombeo estables.
"Mantener el curso, esa es la decisión", afirmó al cierre del encuentro de casi dos horas.
Pero analistas dijeron que se esperaba esa decisión.
"Esta decisión será bastante neutral en el mercado en el corto plazo, es lo que el mercado esperaba", consideró Andrey Kryuchenkov, analista de VTB Capital.
"En el largo alcance, si pueden ceñirse al 80-85 por ciento (de los recortes pactados anteriormente) eso apoyará al mercado a medida que los inventarios comiencen a caer, siempre y cuando la demanda no se deteriore más", agregó.
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