En Venezuela la policía reprimió con gases, balas de goma y chorros de agua a centenares de opositores cuando comenzaban a concentrarse en el punto final autorizado. El hecho fue apoyado por el presidente Hugo Chávez, que calificó de "conspiradores" a los participantes de la marcha opositora, paralela a la oficialista, que congregó a miles de simpatizantes.
En Chile, unas 5.000 personas -según medios de prensa- marcharon por el centro de Santiago, generándose disturbios con la policía que dejaron 65 detenidos, según fuentes oficiales.
En Brasil, casi 1 millón de personas participaron en fiestas por el Día de los Trabajadores en Sao Paulo, con el desempleo -en su nivel más alto en dos años- como tema central. Según el diario Folha de Sao Paulo, unas 900.000 personas participaron en las fiestas ofrecidas por las principales centrales sindicales en Sao Paulo, corazón industrial y económico de Brasil.
En cambio, en México, epicentro de la gripe porcina que dejó 15 muertos y 343 casos confirmados, los sindicatos suspendieron las principales manifestaciones a pedido del gobierno, que instó a la población a permanecer en sus hogares durante el fin de semana largo para evitar contagios.
De todas formas, hubo incidentes en la capital entre guardias de seguridad y manifestantes que trataban de acercarse a la entrada del palacio de gobierno.
En Cuba, uno de los últimos países comunistas que quedan en el mundo, desfilaron medio millón de personas que reclamaron el fin del bloqueo estadounidense.
En Bolivia, el presidente Evo Morales nacionalizó por decreto la distribuidora de gasolina de aviación AirBP (British Petroleum) durante una concentración por el Día de los Trabajadores, en el que también advirtió a sus oponentes que no tolerará afanes separatistas de regiones rebeldes.
En Colombia los sindicatos pidieron medidas para defender el empleo, amenazado por la crisis mundial, y contener los asesinatos de sus dirigentes, durante las marchas en las que lucieron tapabocas con letreros contra el gobierno de Alvaro Uribe.
Más de 10.000 personas desfilaron en Madrid y otros miles lo hicieron en otras ciudades españolas, convocados por los principales sindicatos CCOO y UGT, con el lema de "Frente a la crisis: empleo, inversión pública y protección social".
Para los líderes sindicalistas españoles, este 1 de mayo fue "el más importante de los últimos 15 años" en una España golpeada por la crisis, con la mayor tasa de desempleo de la UE (17,36%).
Medio millón de personas manifestaron en Alemania, donde militantes de extrema derecha provocaron fuertes disturbios, como acostumbran hacerlo en esta fecha. En Dortmund (oeste), sindicalistas que desfilaban fueron apedreados y atacados con palos. Unos 150 neonazis fueron arrestados.
Otras 50 personas habían sido detenidas en Berlín durante la noche del jueves al viernes, tras enfrentamientos habituales en esta fecha entre grupos de ultraizquierda llamados "autónomos" y la policía.
En Francia 465.000 manifestantes (según la policía) o 1,2 millones (según el sindicato CGT) desfilaron respondiendo a la convocatoria conjunta lanzada por primera vez por las ocho principales centrales sindicales para rechazar la política económica del presidente Nicolas Sarkozy y sus medidas contra la crisis.
En Turquía, unas 50 personas, incluidos 36 policías, resultaron heridas en choques entre manifestantes y policías en Estambul y Ankara, al margen de los desfiles del 1 de mayo.
En Italia, los dirigentes de los tres principales sindicatos se reunieron en L'Aquila (centro) para expresar solidaridad con las víctimas del terremoto que el 6 de abril dejó 295 muertos allí.
En Grecia, donde los sindicatos celebran tradicionalmente el 1 de mayo divididos, se produjeron breves incidentes en Atenas, provocados por unos centenares de jóvenes con cócteles Molotov.
En Rusia, donde hubo desfiles en varias ciudades, la policía arrestó a un centenar de simpatizantes de extrema derecha y militantes anti-inmigración que trataban de manifestarse en San Petersburgo.
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