En concreto, Williams citó como primeras beneficiadas de estas ayudas a Hartford, Prudential, Allstate, Ameriprise, Lincoln National y Principal Financial Group. Forman parte, junto a cientos de entidades financieras, de las compañías que están siendo revisadas y ayudadas a causa de la delicada situación del sector.
Este dinero podría reflotar la industria de los seguros de vida, fuertemente mermada por la crisis financiera internacional que precisamente motivó la puesta en marcha del TARP. Las aseguradores representan un pilar esencial de la economía norteamericana y, según el 'Washington Post', son grandes inversoras en obligaciones empresariales y bienes inmuebles para uso comercial.
El director ejecutivo de la firma Hartford, Ramani Ayer, indicó en un comunicado que los nuevos fondos ayudarán a "fortalecer los recursos de capital" y a dotar a estas empresas de "flexibilidad financiera adicional durante uno de los contextos más volátiles de la historia en los mercados". En el caso de Hartford, la aprobación preliminar recibida representa una inyección de 3.400 millones de euros (unos 2.500 millones de euros).
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