domingo, 31 de mayo de 2009

¿Es posible cambiar el modelo productivo? / Luis de Guindos

Los últimos datos de crecimiento de la economía española del primer trimestre, conocidos muy recientemente dicen que, en términos interanuales, el Producto Interior Bruto (PIB) español se contrajo un 3%, el peor registro desde que existen estadísticas de este tipo. Además, si nos fijamos en la tasa intertrimestral anualizada, que adelanta la interanual y que es como se mide la evolución del PIB en otros países, la caída es mucho más profunda y se coloca en el 7,5%.

Y, de cualquier modo, habrá que esperar a las sucesivas correcciones que el INE vaya realizando, ya que los indicadores de actividad que se han conocido durante el trimestre ponen de manifiesto caídas mucho más profundas en España que en el resto de la zona euro, que no se reflejan, sin embargo, en los datos comparados de Contabilidad Nacional.

Independientemente de cuáles sean las cifras finales, los datos ya conocidos permiten realizar una serie de consideraciones sobre lo que nos está pasando. Primero, tenemos el derrumbe de la demanda doméstica, tanto en su componente de consumo como de inversión. Además, dentro de la caída generalizada destaca, por su profundidad, la contracción de la inversión en equipo, más de un 18%, que incluso supera al sector que tenía que ser a priori el más afectado, que es la construcción.

Los únicos componentes de demanda que aportan oxígeno al crecimiento son el gasto público y el sector exterior, no como consecuencia de la recuperación de la exportación, que cae el 19%, sino del hundimiento de las importaciones.

La contracción del consumo de las familias es consecuencia de la caída de la renta de los hogares, que muestra tasas negativas, y del efecto de la pérdida de riqueza derivada del ajuste inmobiliario y bursátil. A ello seguramente habrá que adicionar la restricción crediticia existente, que es especialmente evidente en la financiación del consumo. Por último, el peor dato de la crisis lo tenemos en el mercado laboral. En términos de contabilidad nacional, se ha destruido empleo a una tasa del 6%, lo que supone más de 1,1 millones de empleos perdidos en un año.

Todos estos factores subrayan que España vive el mayor ajuste cíclico de la economía en décadas. La caída de la demanda doméstica ha permitido reducir nuestra necesidad de financiación externa en más de dos puntos y medio del PIB respecto al trimestre anterior, aunque todavía sigue siendo muy elevada -el 8,5%-, lo que avanza que el crecimiento de la demanda doméstica seguirá siendo bastante negativo en los próximos trimestres.

Con estos datos, es posible proyectar que la caída del PIB será este año próxima al cuatro por ciento, y que el ejercicio que viene nos moveremos todavía en tasas negativas, aunque seguramente la aceleración del deterioro se moderará por primera vez en tasas intertrimestrales en el segundo o tercer trimestre de este año.

Y en este entorno es donde el Gobierno ha lanzado el mensaje de que va a replantear su política económica con el objetivo de modificar el modelo de crecimiento para hacerlo más «sostenible». Ello surge, fundamentalmente, al hilo de las propuestas del Debate del estado de la Nación, dirigidas a eliminar la deducción a la vivienda en el IRPF, la reducción del impuesto de sociedades para pymes, y el planteamiento de establecer ayudas directas a la compra de automóvil.

La idea es reducir el peso de la construcción en el futuro, y rellenar este vacío con sectores más centrados en las energías limpias y en el conocimiento.

La primera parte de la propuesta parece que ya se está dando sin necesidad de medidas adicionales, puesto que la construcción está cayendo a tasas próximas al 10%, con una contracción del empleo de más del 25%.

Además, parece curioso que los efectos teóricamente positivos que se pretenden sean por la vía de eliminar la deducción de vivienda dentro de dos años. Da la impresión de que, más que cambiar los incentivos fiscales de forma permanente, lo que el Gobierno busca es generar la urgencia de la compra de la vivienda en los próximos meses para intentar aliviar el enorme stock existente en este momento.

Sin embargo, lo más preocupante del mensaje no es tanto las medidas en sí mismas, que no creo, ni pienso, que el propio Gobierno baraje que vayan a ser determinantes por su impacto. Lo más preocupante es la pretensión subyacente de que el modelo de crecimiento económico de un país desarrollado como España se puede cambiar a golpe de BOE.

El debate de los sectores ganadores elegidos por los gobiernos es bastante antiguo y sobrepasado en la actualidad. Además, supone una especie de arrogancia fatal pensar que los gobiernos son los que determinan las actividades de éxito de una economía moderna en el futuro.

El modelo de crecimiento de un país como España viene dado por su dotación de recursos relativa, incluida la calidad de su capital humano; por nuestras ventajas comparativas, por nuestras instituciones, y por la pertenencia a la Unión Europea y Monetaria. Resulta difícil plantear un cambio hacia un modelo basado en el conocimiento, con un sistema educativo mediocre y la tasa de fracaso escolar más elevada de la OCDE.

Algo parecido ocurre con el I+D. En un país como España, la construcción y el turismo deberán, además, jugar siempre un papel relevante, ya que resultará imposible crecer a tasas elevadas sin su contribución positiva, independientemente de que haya que evitar la aparición de burbujas cuya explosión posterior deja siempre un rastro de paro y depresión.

Por todo ello, si el Gobierno quiere cambiar nuestro modelo de crecimiento, es necesario que plantee una reforma seria de la educación, y acciones tendentes a eliminar las barreras a la competencia existentes en muchos sectores, lo que permitiría un aumento permanente de la productividad. Sin embargo, este debate, que es muy importante para España, no debería enmascarar el prioritario hoy por hoy; esto es, qué tenemos que hacer para acabar con la sangría económica actual y para poner las bases de una recuperación futura.

www.elmundo.es


No hay comentarios:

Publicar un comentario