viernes, 8 de mayo de 2009

Kraft vende a Nueva Rumasa la planta de Mahón

MAHÓN.- La multinacional alimentaria Kraft Foods ha alcanzado un acuerdo con Nueva Rumasa para la venta de su planta de Mahón (Menorca) y las marcas de queso fundido Tranchettes, Santé y Quesilettes, informaron hoy ambas compañías en un comunicado conjunto.

La operación, en la que no está incluida la marca El Caserío, está sujeta al habitual proceso de auditoría legal y financiera ('due dilligence') y será efectiva el próximo 30 de junio como fecha límite.

El grupo de la familia Ruiz Mateos, que adquirirá la planta de Mahón a través de su filial Carcesa (propietaria de las marcas Apis y Fruco), ha asumido el compromiso de mantener los puestos de trabajo de este centro, que ocupa a 164 trabajadores fijos.

Dentro del acuerdo, Kraft mantendrá la producción de El Caserío en la planta de Mahón hasta final de 2009, y suscribirá un contrato de co-manufactura de una parte del volumen durante tres años.

Paralelamente, se establecerá un contrato transitorio de prestación de servicios, de manera que Kraft realizará de forma temporal algunas funciones de apoyo para facilitar una transición ordenada del negocio.

Kraft Foods anunció el cierre de la planta de Mahón el pasado 11 de diciembre como solución a su problema de exceso de capacidad productiva en sus fábricas de queso fundido en Europa, tras intentar la venta de la instalación durante cuatro años.

Para la multinacional, "es una satisfacción haber encontrado una solución que permita mantener la actividad en la planta de Mahón y los puestos de trabajo". El grupo recalcó que a lo largo de este proceso insistió en que su "opción preferida era la venta de la planta, como ha quedado demostrado".

Kraft Foods también vendió en 2008 al grupo de la familia Ruiz Mateos su negocio de patés, zumos y tomate en conserva (Fruco y Apis), incluyendo tres plantas en Extremadura, y ha podido comprobar "cómo tras esta adquisición, Nueva Rumasa ha invertido en las plantas y ha mantenido y aumentado los niveles de empleo de las mismas".

El grupo español lanzó el pasado febrero una emisión de pagarés corporativos, a través de Carcesa, con una rentabilidad del 8% anual y con el objetivo de adquirir empresas que representan "auténticas" oportunidades de negocio "en los momentos actuales".

Según explicó entonces su consejero delegado, José María Ruiz-Mateos Rivero, Nueva Rumasa se encontraba en negociaciones "muy avanzadas" para la adquisición de dos empresas alimentarias, que facturan entre 100 y 200 millones de euros anuales.

El grupo tiene presencia en los sectores de alimentación, bebidas, turismo e inmobiliario. La división de alimentación supera los 900 millones de euros de volumen de negocio e incluye marcas como Clesa, Dhul, Trapa, Cacaolat, Royne o Elgorriaga.

"Nueva Rumasa aprovechará multitud de sinergias que se generan entre las compañías de la división de alimentación, entre ellas una de las mas importantes redes de distribución propia a nivel nacional, junto con las de las importantes distribuidoras del grupo", afirmó.

El Consell de Menorca pide "prudencia"

El presidente del Consell de Menorca, Marc Pons, pidió hoy prudencia ante el anuncio de Kraft Foods de vender su planta de Mahón y las marcas de queso fundido Tranchettes, Santé y Quesilettes al grupo Nueva Rumasa, propiedad de la familia de José María Ruiz Mateos.

"Como institución insular consideramos básica la importancia de evitar el cierre de la fábrica", señaló Pons, aunque apuntó la necesidad de mantener la viabilidad económica de la planta y el mantenimiento de los puestos de trabajo y de la producción.

"Es una puerta que se abre", aseguró el presidente insular, quien puntualizó que la administración desconoce todavía en profundidad las características del acuerdo entre las dos empresas.

Por su parte, el conseller de Presidencia del Govern, Albert Moragues, aprovechó la ocasión para agradecer públicamente a la multinacional alimentaria el esfuerzo realizado.

"Kraft había decidido en un primer momento cerrar la fábrica, los números estaban sobre la mesa y, a pesar de todo, ha decidido cambiar de opinión", destacó el conseller, "lo que ha sido posible gracias a la presión del Ayuntamiento de Mahón, el Consell insular y el Govern y, por supuesto, de los trabajadores".

El acuerdo al que han llegado los dos grupos empresariales establece que Kraft mantendrá la producción de El Caserío en la fábrica mahonesa hasta el final de 2009 y suscribirá un contrato de co-manufactura de una parte del volumen durante tres años.

Paralelamente se establecerá un contrato transitorio de prestación de servicios, de manera que la multinacional realizará de forma temporal algunas funciones de apoyo para facilitar una transición ordenada del negocio.

No es la primera ocasión en la que Kraft Foods y Nueva Rumasa mantienen relaciones comerciales, ya que en marzo de 2008 el grupo español compró a la multinacional la división de conservas Apis y zumos Fruco. En este sentido, Kraft aseguró que "tras esta adquisición Nueva Rumasa ha invertido en las plantas y ha mantenido y aumentado los niveles de empleo de las mismas".

Por todo ello la multinacional ha asegurado que "es una satisfacción haber encontrado una solución que permita mantener la actividad en la planta de Mahón y los puestos de trabajo".

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