domingo, 3 de mayo de 2009

Los inmigrantes se llevan la peor parte de la crisis en España

BARCELONA.- Protagonista del último milagro económico español, la inmigración es también la que más paga sus consecuencias, allí donde la crisis golpea más fuerte. La tasa de paro entre inmigrantes es hoy del 28,4% en España y del 30,5% en Catalunya. Uno de cada tres inmigrantes sin trabajo es mucho. Y eso explica que el movimiento de regreso a sus países de origen, aunque lento, haya empezado ya. Además, los cerca de medio millón de extranjeros sin trabajo tienen muchas más dificultades para enviar dinero a los familiares que se quedan en sus países de origen, con lo que la crisis se amplifica más allá de las fronteras, según publica 'La Vanguardia'.

Los datos oficiales que facilita el Ministerio de Trabajo dicen bien poco de ese hipotético retorno. Reflejan que desde septiembre y hasta el 15 de abril 4.617 personas se han acogido al plan de retorno voluntario puesto en marcha por Celestino Corbacho.

"La cobertura con subsidios de desempleo produce un desfase entre el despido y la necesidad de retorno. Los que cobran el paro o reciben alguna ayuda tienen la esperanza de que se recupere la economía y vuelvan a encontrar trabajo", afirma José Ramon Pin, profesor del Iese.

Otros economistas advierten que la extrema pobreza en muchos de los países de origen es la principal razón por la que ese retorno no es masivo. Entre los que vuelven, los hay que lo hacen en condiciones dramáticas.

Hay quien cree que el retorno es más fácil entre los latinoamericanos que entre los magrebíes y los subsaharianos. Otro de los colectivos que podría volver con más facilidad es la colonia de rumanos. Una encuesta elaborada por la embajada de ese país aseguraba que un 71% de los rumanos residentes en Madrid quiere regresar a su país. Esta semana, la Fundació Bofill ha presentado un informe en el que destaca que Rumanía es hoy escenario de ese retorno, pero no de forma masiva.

La teoría económica asegura que en una situación de crisis como la actual, las entradas de mano de obra extranjera se reducen y aumentan los retornos. Ocurrió, por ejemplo, durante el proceso de reunificación de Alemania, según un informe del servicio de estudios de La Caixa.

David Garrofé, secretario general de la patronal Cecot, afirma que, al menos por el lado de las entradas, sí se está notando una reducción en la llegada de inmigrantes. "El contingente de trabajadores contratados en origen para este año es de 900 frente a los miles de años anteriores", manifiesta. También se aprecian cambios en las contrataciones.

Según Garrofé, hace unos meses nueve de cada diez nuevos contratos eran firmados por inmigrantes. Ahora la tendencia ha cambiado.

El profesor de Esade, Eugenio Recio es de la opinión de que se debería primar a los nativos frente a los inmigrantes a la hora de ofrecerles un trabajo. "La razón es que la economía mundial está organizada así, por países", señala.

No obstante, Recio matiza que también parece un contrasentido primar al empleado nativo ofreciéndole un trabajo que es posible que hubiera rechazado hace unos meses y sólo era aceptado por un extranjero.

"Los inmigrantes no vuelven porque las condiciones del plan de retorno voluntario son muy duras". Ghassan Saliba, secretario de inmigración de CC. OO. Catalunya, recuerda que los que aceptan marchar deben renunciar al permiso de residencia que tanto les ha costado conseguir y durante tres años no pueden volver a España.

Raquel Gil, de UGT, avisa que lo peor que les puede pasar a los inmigrantes sin trabajo es que "acaben en la economía sumergida". Eso es al menos lo que detecta el sindicato por el creciente número de comentarios que les hacen los inmigrantes que se acercan al sindicato a pedir información.

Los inmigrantes llevan varios meses sufriendo una reducción del número de afiliados a la Seguridad Social que tiene su reflejo en el alza de los desempleados, cerca de medio millón según los datos del Inem de marzo.

Si se toman los datos de la EPA, las cifras son similares y se aprecia como la tasa de paro de los extranjeros se situó en el primer trimestre del año en el 28,39% mientras que en el caso de los españoles está en el 15,2%.

Lo que más temen todos es que quizás lo peor de la crisis esté por llegar.

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