lunes, 25 de mayo de 2009

Termina historia de frontera feliz entre EE UU y Canadá

MONTREAL.- La frontera entre Estados Unidos y Canadá, descrita antes como la más amistosa y desarmada del mundo, dejará de serlo a partir del 1 de junio, cuando entre el vigor la Iniciativa para Viajes en el Hemisferio Occidental (WHTI).

La iniciativa no sólo implica que los viajeros canadienses que entren a Estados Unidos deberán disponer de pasaporte o de un documento equivalente -y a la inversa-, sino también una mayor cooperación en la seguridad fronteriza.

Con este motivo, mañana martes 26 la secretaria de Seguridad Interior de Estados Unidos, Janet Napolitano, y el ministro de Seguridad Publica de Canadá, Peter Van Loan, se reunirán en Detroit, Michigan, para comenzar discusiones que finalizarán el día siguiente en Ottawa.

En esta oportunidad, Washington y Ottawa discutirán cuestiones de seguridad fronteriza en torno a la WHTI, y la secretaria Napolitano y el ministro Van Loan firmarán un acuerdo legal para poner en marcha el llamado Programa Shiprider.

Este Programa Shiprider, que expandirá la acción de los organismos de aplicación de la ley, permitirá que policías y guardias costeros persigan a sospechosos en aguas nacionales del país vecino.

También hará factible que oficiales de la Real Policía Montada de Canadá (RPMC) y de la Guardia Costera de Estados Unidos, o funcionarios de inmigración y aduanas, naveguen y actúen conjuntamente.

Napolitano y Van Loan buscarán además un acuerdo, según el diario Toronto Star, para que personal armado y uniformado de la protección de fronteras y aduanas de Estados Unidos operen en territorio canadiense para inspeccionar pasajeros y carga.

Esta inspección "pre-aduanal" se efectuaría en territorio de Canadá, antes que los viajeros y la carga lleguen a los pasos fronterizos, para acelerar su procesamiento y reducir los embotellamientos.

El acuerdo depende de que ambas partes superen sus diferencias sobre las facultades que tendrían los agentes estadunidenses en territorio canadiense, según el Star.

La colaboración y acción conjunta de las fuerzas policiales y militares de ambos países ha sido una tendencia acentuada desde los atentados del 11 de septiembre de 2001.

En ese campo ya existen los llamados "equipos fronterizos integrados" para aplicar la ley (IBET, por sus siglas en inglés), formados por policías, guardias costeras y oficiales de inmigración y aduanas de ambos países.

La frontera entre Estados Unidos y Canadá, que hasta hace pocos años era "la más abierta e indefensa del mundo", se ha convertido en los últimos años en un "muro de vigilancia electrónica".

Y, según el Star, no hay indicios de que el presidente estadunidense Barack Obama tenga intención de cambiar la situación que dejó su antecesor George W. Bush.

Pero representantes políticos y comerciales en ambos lados de la frontera temen que los nuevos controles de identidad que se implantarán a partir del 1 de junio crearán más embotellamientos en los pasos fronterizos y atrasos en el flujo comercial.

Para Melissa Roy, de la Cámara de Comercio Regional de Detroit, estas medidas serán "una absoluta pesadilla" porque reducirán tanto el paso de los visitantes como del comercio.

Muchas industrias, desde el automóvil hasta el turismo, viven de esta relación fronteriza, lo que explica las protestas de las cámaras de comercio en ambos países por las medidas de seguridad que desde 2001 ralentizan el tráfico comercial y de visitantes.

El Star apuntó que en su frontera con Canadá el gobierno de Estados Unidos no está construyendo "un muro de mil 100 kilómetros", como en la frontera con México, sino "un muro virtual" equipado con impresionantes equipos electrónicos.

Hay aviones estadunidenses sin piloto que ya vuelan en la frontera entre Dakota del Norte y la provincia de Manitoba -y pronto volarán entre Michigan y Ontario-, y que vigilan la frontera y territorio canadiense sin entrar en el espacio aéreo del país.

Además están las cámaras infrarrojas, los sistemas de radares y los sensores de movimiento que vigilan la frontera "día y noche", los helicópteros y aviones militares, y diferentes tipos de navíos de la Guardia Costera estadunidense.

A partir de 2010, a todo este equipo se sumarán unos dos mil agentes de fronteras de ambos países para patrullar el límite fronterizo que, según Napolitano, no es una situación de vigilancia diferente de la que Estados Unidos tiene en la frontera con México.

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