lunes, 22 de junio de 2009

Comienza en Madeira la reunión de la Comisión Ballenera Internacional

FUNCHAL.- La 61ª reunión anual de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), única organización mundial de regulación de la caza de ballenas, comenzó este lunes en Funchal, en la isla portuguesa de Madeira, con asistencia de delegados de sus 85 Estados miembros.

Paralizada desde hace varios años por la querella entre los países favorables a la caza de los grandes cetáceos y los que se oponen, la CBI se reúne con el objetivo principal de evitar la ruptura entre los dos campos.

Según su presidente, el estadounidense William Hogarth, los miembros de la CBI podrían, al cabo de sus cinco días de debates, prolongar un año las negociaciones iniciadas en 2008 en el marco de un "grupo de trabajo reducido" encargado de hacer avanzar los temas considerados más urgentes.

"Trataremos de extender ese proceso un año más. No creo que la gente esté dispuesta a esperar más de un año. Si no tememos respuestas en el año 2010, pienso que muchos países buscarán resolver esas cuestiones de otra manera", añadió.

Al tiempo que señalaba "progresos importantes", Hoggart explicó que las negociaciones estaban bloqueadas en primer lugar en torno a un eventual acuerdo que permita a Japón reanudar una cacería comercial "limitada" al mar frente a sus costas, a cambio de una reducción de sus cacerías científicas en el Antártico.

"Soy consciente de que será difícil obtener un acuerdo para resolver todos los interrogantes que se plantean aún a la CBI", declaró en la sesión de apertura el ministro portugués de Medio Ambiente, Francisco Nunes Correia.

"Pero espero que los avances que se logren durante esta reunión contribuyan a la elaboración de un acuerdo justo y equilibrado, que podrá ser firmado en la 62º reunión de la CBI" en 2010, añadió.

A cambio, Tokio estaría dispuesto a reducir sus cacerías científicas en el Antártico y a sostener la creación de un santuario en el Atlántico Sur, reclamado por los países latinoamericanos.

Japón, que encabeza los países "pro caza", impugna la moratoria de 1986, y pese a esta prohibición, la flota ballenera japonesa captura cerca de 1.000 ballenas anualmente, pretextando "la caza científica", autorizada por los textos de la CBI.

El lunes, la delegación nipona hizo saber que era igualmente favorable "a un consenso para proseguir los esfuerzos durante un año más".

"Esperamos que no sea un año más, sino el último año", advirtió no obstante el diputado Yoshimasa Hayashi, cuyo país ha amenazado ya en el pasado con abandonar la Comisión, fundada en 1946 por 15 Estados balleneros.

Al margen de los debates, las organizaciones de defensa del medio ambiente presentes en Madera reafirmaron este lunes su temor de que se reanude la caza de ballenas jorobadas de Groenlandia, territorio semiautónomo de Dinamarca, una de las cuatro regiones del mundo donde la CBI autoriza la cacería "tradicional" de subsistencia.

Según un comunicado de la Sociedad Mundial para la protección de Animales (WSPA) más de una veintena de organizaciones no gubernamentales llamaron a los miembros de la CBI "a rechazar la demanda de Groenlandia de una cuota anual de diez ballenas jorobadas", una especie muy protegida.

El caso de Islandia, único Estado con Noruega en practicar la cacería comercial, podría igualmente ser motivo de debate. Reykjavik, que planea pedir su adhesión a la UE, ha decidido este año aumentar fuertemente sus cuotas. Una decisión condenada por siete países, entre ellos Francia, Estados Unidos, el Reino Unido y Alemania.

En 1986 entró en vigor una moratoria que prohíbe la caza con fines comerciales. Desde entonces, cerca de 40.000 ballenas han sido cazadas en el mundo por países que se niegan a someterse a la prohibición, o bajo el pretexto de las cazas científica y tradicional, autorizadas según cuotas muy precisas por la CBI.

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