jueves, 25 de junio de 2009

EEUU habría ganado caso a China sobre restricciones a películas

GINEBRA.- Estados Unidos parece haber logrado una victoria respecto a las restricciones chinas a la importación de películas, libros y música en una sentencia preliminar de la Organización Mundial del Comercio que aún no se ha hecho pública.

"Siempre hemos sentido que teníamos un argumento muy fuerte", dijo un funcionario estadounidense. "Aún nos sentimos bastante bien", agregó.

El funcionario rechazó dar más detalles ya que la decisión aún es confidencial. Se espera que la sentencia se haga pública en los próximos meses.

Una victoria por parte de Washington supondría un importante hito en la larga batalla contra la piratería en China, que según Estados Unidos cuesta a sus industrias filmográfica, musical y editorial miles de millones de dólares en ventas perdidas cada año.

Sin embargo, las sentencias de la OMC son con frecuencia documentos complicados que dan cabida a que ambas partes se declaren victoriosas.

China es uno de los mercados de películas de mayor crecimiento a nivel mundial, pero sólo permite la importación de 20 filmes al año. Antes de su acceso a la OMC, el país sólo permitía el acceso de 10 películas extranjeras cada año.

Según Washington, esto, sumado a otras barreras de acceso al mercado crea una enorme demanda en China por DVDs, CDs y libros piratas.

China se comprometió a permitir que las compañías extranjeras importaran libros, periódicos, DVDs, grabaciones musicales y películas para emisión en cines, pero en la práctica sólo permite que lo hagan los "monopolios y oligopolios" de propiedad estatal, argumenta Estados Unidos.

Pekín tampoco ha cumplido su compromiso de dar derechos de distribución a las compañías extranjeras dentro del país y ha incumplido las normas de la OMC que implican que los libros, películas y discos extranjeros deben tener el mismo trato que las empresas domésticas, dijo Estados Unidos.

Según un informe del Gobierno estadounidense, uno de los argumentos de China en la disputa era que una película no era un "bien" debido a que esta "consiste en una secuencia de imágenes que es proyectada en una pantalla en secuencia rápida y acompañada por un sonido".

Esa naturaleza "intangible" eximía a las películas de los compromisos realizados por China en los bienes, argumentó Pekín.

Los abogados de Estados Unidos ridiculizaron este argumento, señalando que "el hecho de que un bien sea usado para dar un servicio no quiere decir que el bien no sea un bien".

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