jueves, 4 de junio de 2009

El CES español alerta de que la situación económica es de "emergencia" y sugiere reformas fiscales

MADRID.- El presidente del Consejo Económico y Social (CES), Marcos Peña, dibujó hoy un panorama sombrío para la economía española, cuya situación, "sin querer hacer literatura del desastre", calificó de "muy grave" e incluso de "emergencia".

No obstante, subrayó que España está "suficientemente armada" para salir de la recesión y, aunque no ofreció un recetario anticrisis, sí destacó que cualquier solución pasa por el diálogo.

Peña hizo estas declaraciones en una rueda de prensa para presentar la Memoria del CES 2008, que ha sido apoyada mayoritariamente por los consejeros que conforman el organismo y que pertenecen a organizaciones sindicales, empresariales y del sector de la economía social.

El presidente del CES se mostró de acuerdo en que debe trabajarse para diseñar un cambio en el 'mix' del PIB español pero sin "aborrecer" dos sectores que han sido claves para la expansión económica, como son la construcción y el turismo.

"No podemos quitarnos el sombrero arrancándolo de la cabeza. La construcción también ha hecho mucho buen a este país y tampoco podemos renunciar a un capital tan importante para España como lo es la costa y el sol. No hay que renunciar, sino mejorar", dijo.

Así, sostuvo que, siendo la situación "grave", España puede salir de la crisis, "asumiendo también su componente paleto": el de ser quien es y sabiendo "que pinta lo que pinta".

En cualquier caso, el presidente del CES subrayó que el objetivo no sólo debe ser el de conseguir un nuevo modelo productivo, sino el de hacerlo en un país "cohesionado".

En este punto, aseguró que la Memoria del CES enciende una "señal de alarma" sobre el hecho de que las disparidades entre regiones aumentaran en 2008 después de haber estado corrigiéndose en años anteriores.

A su juicio, debería reforzarse la cooperación y coordinación entre los poderes públicos para subsanar la falta de convergencia y avanzar en la cohesión social.

Aunque hay indicadores que apuntan a una mejoría, entre ellos el descenso del paro en mayo, Peña señaló que la crisis "no es un cuerpo celeste inmutable en el que de repente aparecen unos brotes verdes". "Eso depende de nosotros", insistió.

Lo que sí tiene claro, y así lo refleja también la Memoria del CES, es que la actuación del Banco Central Europeo (BCE) ante la crisis ha sido "tímida y tardía" y que la UE ha sido incapaz de gobernar la situación cuando más se la necesitaba. "A mayor crisis, más Europa y eso no da la impresión de que haya sido así", se lamentó.

En la Memoria del CES no se ofrecen grandes recetas para combatir la situación económica. Más bien, lo que se hace es un diágnostico compartido entre los agentes sociales sobre los problemas que tiene la economía, el mercado laboral y la protección social. En palabras del presidente de esta institución, "la chistera está vacía y no hay conejos que sacar".

Quizá donde más explícitos se muestran los consejeros del CES a la hora de proponer posibles cambios es en materia fiscal. Esta institución, que no comparte los beneficios de la deducción de los 400 euros ni la eliminación del Impuesto sobre el Patrimonio, cree que, ante la caída de ingresos y en caso de que fuera necesario, deberían acometerse reformas que eleven la presión fiscal a los contribuyentes que están traduciendo la menor carga tributaria en más ahorro y no en un mayor gasto.

Entre las propuestas que el CES opina que podrían barajarse, se encuentran la de aumentar el tipo marginal del IRPF, recuperar la imposición sobre la riqueza, elminar la deducción por obtención de dividendos, gravar las operaciones especulativas en Bolsa, y reestructurar los tributos sobre beneficios societarios para gravar relativamente menos los beneficios reinvertidos.

En lo que concierne al diálogo social, Peña afirmó que percibe un "mejor clima" entre sindicatos y empresarios, a los que le reconoció el mérito de seguir negociando, no levantarse de la mesa y buscar un acuerdo que podría llegar antes de agosto.

Sobre las voces que claman en favor de una reforma laboral, Peña manifestó que no debería ofender a nadie que haya quien las proponga, si bien precisó que "el partido no se puede jugar en las gradas", sino donde corresponde, que es en la mesa de negociación. En cualquier caso, para el presidente del CES "no cabe una gran reforma laboral", sino un reformismo gradual, que debe nacer del consenso.

El CES detecta en su Memoria graves problemas en el mercado laboral, del que dijo que sigue mostrando la misma fotografía año tras año, es decir, su segmentación múltiple y su dualidad.

En concreto, Peña aludió a la "nociva" segmentación entre trabajadores temporales e indefinidos, así como a otras "segmentaciones mucho más nocivas", como la que separa a las mujeres de los hombres, a los jóvenes de los trabajadores de mayor edad o los inmigrantes de los españoles.

En este sentido, indicó que los trabajadores extranjeros tienen un 20% más de posibilidades de ser despedidos que los españoles (fundamentalmente porque trabajan en la construcción) y, al mismo tiempo, sus probabilidades de salir del desempleo son un 23% superiores a las de los trabajadores nacionales, lo cual no quita para que el CES alerte de que la "malla de protección" de los inmigrantes es muy inferior a la de los españoles. "Y esa malla puede flaquear de aquí a no mucho tiempo".

Por su parte, la segmentación dual a la que se refirió Peña tiene que ver con el hecho de que el mercado esté dividido en empresas y trabajadores y que no reciban la misma atención. Así, apuntó que los esfuerzos de formación empresarial deberían ser similares a los que se hacen con los trabajadores.

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