lunes, 8 de junio de 2009

El FMI ve signos de mejora en la eurozona y habla de una "modesta recuperación" en el primer semestre de 2010

LUXEMBURGO.- El Fondo Monetario Internacional (FMI) ve "signos de mejora" en la economía de los países de la eurozona y habla de una "modesta recuperación" que comenzará en el primer semestre de 2010, según informó hoy la institución en su revisión de la economía comunitaria.

El FMI recordó que el crecimiento económico de la eurozona ha sufrido un gran impacto por el colapso comercial consecuencia de las turbulencias financieras, exacerbado por la corrección de desequilibrios en los sectores inmobiliarios de algunos países.

No obstante, el organismo precisó que que la caída de los indicadores económicos de la actividad económica se ha ralentizado, y que "el descenso de la actividad debería moderarse durante el resto de 2009 y dar pie a una modesta recuperación comenzando en el primer semestre de 2010".

Sin embargo, la institución presidida por Dominique Strauss Kahn recordó que los préstamos del sector bancario permanecen débiles y las condiciones de financiación relativamente endurecidas, aunque el acceso corporativo a los mercados de capital "ha mejorado".

La recuperación, no obstante, será "lenta" y el desarrollo y momento de la misma permanecen sujetos a un elevado grado de incertidumbre, señaló el Fondo, que recordó que el creciente desempleo y las reestructuraciones de las empresas "pesarán en la demanda doméstica, aunque el bajo nivel de los inventarios, junto con incrementos de la demanda y recortes adicionales en el coste de los créditos podrían dar soporte a "un rebote temprano de la actividad económica".

Sin embargo, las rigideces en los mercados laborales y de producción de la zona euro, la debilidad de los balances privados de algunos países y el mayor papel del sector público podrían constituir un lastre "para el potencial de crecimiento a medio plazo".

El organismo encuentra "amplio" el "arsenal" de medidas utilizadas para redirigir la crisis, desde la utilización de sustanciales recursos para intervenir en el sistema financiero como los estímulos fiscales, y recordó que los esfuerzos por impulsar la estabilidad financiera deben ser extendidos hacia la sostenibilidad fiscal y reformas estructurales.

Con respecto a la evolución de la inflación en la eurozona, el FMI destacó la existencia de "sólidas presiones desinflacionistas" causadas por la brusca caída de los precios de las materias primas y de la "significativa debilidad de la actividad económica".

Asimismo, la inflación de la eurozona podría entrar en niveles negativos a mediados de 2009 y rebotar después, pero siempre por debajo del objetivo definido por el Banco Central Europeo (BCE) como estabilidad de precios (2%).

El riesgo de deflación es "pequeño" porque las sostenidas políticas macroeconómicas, las rigideces nominales y los recientes repuntes del precio de las materias primas mantienen "bien ancladas" las expectativas de inflación.

En materia de política monetaria, el FMI afirma que debe enfocarse "en mantener los tipos de interés bajos", y lanza un mensaje claro al BCE, que si los riesgos a la baja "se intensifican", podría ser necesaria una señal más fuerte de la necesidad de mantener bajo el precio del dinero.

Así, según el Fondo, para lidiar con las contingencias, hay que tener bajo consideración "las opciones no convencionales", y aunque hay que establecer y comprobar los beneficios derivados de recortes adicionales y sus posibles efectos adversos en el funcionamiento de los mercados monetarios, sería "útil" explorar "cualquier margen para reducciones adicionales tan pronto como sea posible".

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