"Soy consciente de los problemas que os afectan y que amenazan con ahogar el entusiasmo típico de vuestra juventud. Entre ellos, en particular, hablo del problema del desempleo", dijo el Papa.
"¡Nos os desaniméis!", reclamó.
"La Iglesia no os abandona. No abandonéis a la Iglesia. Os necesitamos para construir una comunidad cristiana viviente y sociedades más justas y abiertas a la esperanza", agregó.
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