viernes, 26 de junio de 2009

La deflación se agravó en mayo en Japón

TOKIO.- Los precios al consumo en Japón sufrieron una caída récord en mayo (-1,1% interanual), lo que ilustra la gravedad de la deflación en la segunda economía del planeta, confrontada al derrumbe del consumo y el deterioro del empleo.

Esta tercera baja consecutiva de los precios, tras el -0,1% de marzo y de abril, es la más fuerte desde que empezó a calcularse el índice en 1971. La cifra de mayo superó incluso las registradas entre 1997 y 2006, cuando Japón conoció un largo período de deflación, tras el estallido de la burbuja inmobiliaria y bursátil de comienzos de los años 1990.

La caída de mayo fue arrastrada por los sectores de Transportes y comunicaciones (-5,6%), Ocio (-1,6%), Carburantes, agua y electricidad (-3,0%), Mobiliario y enseres domésticos (-1,6%).

Los precios de la gasolina cayeron fuertemente, un 26,4%.

También la caída del precio de los productos electrónicos fue muy acentuada. Un ordenador portátil costaba en mayo un 48,6% más barato que un año antes; la rebaja era de 34,1% para una cámara fotográfica y de 23,2% para un televisor.

Los precios de los productos alimentarios tuvieron en cambio un aumento de 1%.

"Nos dirigimos hacia una profunda deflación. Lo peor está por llegar", comentó David Yen, economista del banco francés Société Générale, que prevé "una aceleración espectacular de la deflación en el segundo semestre".

La deflación es un fenómeno pernicioso que arruina las perspectivas de beneficio de las empresas, desincentiva las inversiones y retrasa los gastos de los hogares. Además mina la capacidad de estos últimos de reembolsar sus deudas, ya que el valor de los activos presentados como aval, por ejemplo los bienes inmobiliarios, también se reduce.

La caída continua de los precios se debe esencialmente a un desequilibrio entre la oferta y la demanda: la producción de las empresas japonesas es excedentaria respecto a las necesidades de los consumidores, que se estrechan el cinturón ante la incertidumbre económica, y esperan para comprar más tarde los mismos productos por un precio menor.

"Las presiones a la baja siguen aumentando en cuanto a los bienes de uso doméstico y el ocio, y la ralentización económica se hace notar en la demanda", explicaron los economistas del banco suizo Crédit Suisse en una nota a sus clientes.

Japón atraviesa actualmente una recesión sin precedentes desde el final de la Segunda Guerra Mundial, unida a un deterioro del mercado laboral. En abril, la tasa de desempleo alcanzó el 5%, el nivel más alto en cinco años y medio.

"Tenemos que administrar la economía con precaución, para que no se hunda más ni entre en una espiral deflacionista", comentó el viernes el ministro de Finanzas, Kaoru Yosano.

El Producto Interior Bruto (PIB) de Japón sufrió una fuerte caída en el primer trimestre del año (-14,2% en ritmo interanual), aunque los últimos datos apuntan a que lo peor de la crisis en Japón está quedando atrás.

Así, el superávit comercial nipón fue en mayo el más elevado en un año, y la mayoría de los economistas prevé un repunte del PIB a partir del segundo trimestre, gracias a los planes masivos de estímulo adoptados por el gobierno japonés.

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