lunes, 8 de junio de 2009

Las sociedades españolas de garantía recíproca reducen su actividad y aumentaron riesgo en 2008 por la crisis

MADRID.- Las sociedades de garantía recíproca (SGR), que se dedican a avalar las operaciones que realizan sus socios, especialmente pymes, se vieron afectadas en 2008 por la situación económica, que llevó a una caída de la actividad, con una contracción de la demanda de avales del 8,1%, y a un ligero crecimiento del riesgo de los avales prestados.

Según el último Boletín Económico del Banco de España, este entorno adverso, significó "una reestructuración de su clientela, con un estancamiento de su actividad, y una desaceleración en el crecimiento de los socios".

Así, la demanda de los avales se contrajo el 8,1% y los concedidos lo hicieron un 13,6%, mientras que los avales formalizados en el ejercicio alcanzaron los 2.200 millones de euros, lo que representó una caída del 8,4%, frente al crecimiento del 8,2% en 2007.

El riesgo vivo por garantías y avales prestados por las 23 sociedades, aunque a finales de año pasaron a 22 tras la fusión de las andaluzas Suraval y Crediaval, ascendió a 5.947 millones de euros a 31 de diciembre de 2008, lo que supone un crecimiento del 5,3%. Un 41% de este riesgo estaba transferido, fundamentalmente a la Compañía Española de Reafianzamiento (CERSA). Por su parte, los riesgos vivos netos de reaval moderaron aún más su crecimiento, que fue del 3,5%.

En cuanto a la distribución de los riesgos vivos según los sectores de actividad, el más afectado por la nueva situación fue el de la construcción, que se contrajo, si bien ligeramente, en términos absolutos un 0,1%, mientras que el sector terciario mantuvo su peso en el total y repuntaron el industrial (20%) y el primario (14%).

El retroceso de los avales vivos al sector de la construcción se centró en los avales técnicos otorgados como garantía de las cantidades entregadas a cuenta por compradores de viviendas, que cayeron el 46,7%, hasta situarse en algo menos de 138 millones, mientras que las restantes actividades -en especial la básica de financiación de inversiones a medio y largo plazo por Pyme- mantuvieron un cierto crecimiento (7,2%), si bien muy inferior al de años anteriores.

La ratio de dudosos alcanzó el 9,35% para el conjunto de riesgos, con un crecimiento de 3,9 puntos, y el 8,2% para los riesgos no reavalados, con un crecimiento de 3,7 puntos. Los fondos de insolvencia mostraron un fuerte crecimiento (72%), pero inferior al de los dudosos netos de contrapartidas, con lo que la cobertura se situó ligeramente por debajo del 30%, con una caída de 2,6 puntos.

Aún así, el encaje del incremento de la morosidad dentro de sus mecanismos de gestión ha permitido a las sociedades compensar la pérdida en el nivel de los resultados ordinarios (-4 puntos básicos), con una contención de los gastos de explotación que les permitió mejorar su eficiencia en 1,6 puntos básicos, hasta situar la ratio en el 48,6%, facilitando así un crecimiento del 11% del margen de explotación, que se mantuvo en el 0,64% de los riesgos totales medios.

Por su parte, la concentración de la actividad del sector fue alta, ya que las tres mayores entidades representaron más de la mitad del conjunto (54,5%), si bien en los últimos años se ha producido una ligera tendencia hacia una mayor dispersión, por el crecimiento del peso de las SGR de tamaño intermedio, proceso que se ha visto reforzado por la fusión en 2008 de las sociedades andaluzas y por el rápido crecimiento de dos de las últimas creadas (Oinarri y Avalis).

El número de socios creció un 4,3%, ligeramente por debajo de los años anteriores, hasta situarse en 762 socios protectores y 94.522 socios partícipes, que aportaron algo más del 59,7% de los recursos desembolsados totales.

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