domingo, 14 de junio de 2009

Los 'tigres' asiáticos dejan de rugir

SHANGHAI.- El feroz tigre se ha convertido en indefenso gatito. La crisis económica ha teñido de rojo las espectaculares cifras de crecimiento de las economías asiáticas más desarrolladas, que se han sumido en una depresión de una magnitud comparable a la que causó la Segunda Guerra Mundial.

Además, ha borrado de un plumazo -o por lo menos ha pausado- el milagro económico que se ha gestado en las dos últimas décadas, y que parecía tan sólido como el acero que Taiwán y Corea del Sur convertían en productos tecnológicos que eran la envidia de Occidente.

Singapur, por su parte, simbolizaba el no va más del sistema financiero asiático. Ahora, sin embargo, el modelo de exportación que ha servido de acicate para la inversión en I+D está en entredicho, las inversiones de la ex colonia británica hacen agua por todas partes, y el fantasma del paro acecha a la vuelta de la esquina en países que no hace tanto acariciaban el pleno empleo.

Sin embargo, diferentes organizaciones, entre ellas el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, predicen el regreso a los números en positivo a partir de este semestre, y afirman que lo peor ya ha pasado. No obstante, sólo Corea del Sur parece ver «brotes verdes» en su economía, que creció una décima en el primer cuarto de 2009 respecto del anterior, después de haber perdido el 5,1% de su riqueza en 2008.

Poco optimismo se vive en los otros tres países. Los últimos datos oficiales muestran el mayor retroceso económico de su historia; el PIB de Singapur se contrajo un 10,1% en tasa interanual entre enero y marzo, por debajo del 11,5% previsto por el Gobierno de la isla; mientras que la caída en Taiwán fue del 10,24% y Japón se dio el mayor batacazo con un desplome del 15,2%.

Este hecho ha generado una situación insólita. Por primera vez, es posible que los países del sur de Asia, con India a la cabeza, conservadores en sus políticas económicas, superen en crecimiento a los del este del continente, mucho más liberales y que cuentan con el peso de China, un país al que, con un crecimiento estimado entre el 6% y el 8%, todos otorgan un papel principal en la recuperación de la región.

«Los chinos son muy inteligentes y están aprovechando las oportunidades que brinda la crisis para comprar empresas extranjeras y realizar inversiones en sectores estratégicos que antes les estaban vetados», explica Jesús Amezaga, responsable de Fagor Automation en Asia y uno de los directivos españoles más veteranos del continente. Quizá uno de los exponentes más espectaculares de este hecho ha sido la entrada del Gran Dragón en el sector petrolífero de Singapur.

Pese a los multimillonarios planes de estímulo, el consumo interno de las economías de los tigres, elemento clave para la recuperación, continúa en declive y es incapaz de equilibrar la caída libre de las exportaciones, que en los primeros tres meses de este año se redujeron en Japón un histórico 26%, y en Corea del Sur un 14,1%. Ello conlleva una reducción de la producción industrial que, como sostiene Amezaga, «está dejando vacías las fábricas y llenas las oficinas de empleo». Se prevé que en junio, por vez primera, el desempleo supere el 5% en Japón y en Singapur.

A pesar de todo, los gobiernos de estos países mantienen un prudente optimismo. El viceprimer ministro de Taiwán, Chiu Cheng-hsiung, declaró hace pocas fechas que «el tercer cuarto del año se conseguirá detener la recesión y, por lo tanto, lo peor ya ha pasado». Sin embargo, la población de los tigres asiáticos se mantiene escéptica. «Es difícil creer que todo vaya a mejorar de aquí a unos meses cuando tenemos todavía las mayores tasas de desempleo», comenta Hui Ling, economista de la Universidad de Singapur.

Jesús Amezaga tampoco es optimista. «Creo que las previsiones están infladas y no pienso que la recuperación llegue antes del segundo semestre de 2010, si no en 2011. Corea del Sur y Japón serán las primeras en despegar, porque tienen capacidad para estimular la demanda interna y resultar también competitivos, y algo más tendrán que esperar Taiwán y Singapur, que ahora mismo dan pena».

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