lunes, 15 de junio de 2009

Lula, Sarkozy y Kirchner unen sus voces contra la especulación

GINEBRA.- Los presidentes de Brasil, Argentina y Francia unieron este lunes sus voces en Ginebra contra los especuladores y para pedir una mayor regulación de los mercados, en una minicumbre sobre la crisis organizada en Ginebra por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Tanto el presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, como su homóloga argentina, Cristina Kirchner y el mandatario francés, Nicolas Sarkozy, aprovecharon su viaje a Ginebra para exigir cambios para que no vuelva a producirse una crisis económica como la actual.

La crisis "exige de las empresas, de los trabajadores y de los gobiernos una actitud más dura", declaró Lula, que pidió un nuevo orden económico mundial basado en la producción y no en la especulación, así como la aplicación de las medidas adoptadas por el G20.

"No se puede convivir con paraísos fiscales. No se puede convivir con un sistema financiero que especula con papeles y papeles sin generar un puesto de trabajo, sin producir un zapato, una camisa o hasta una corbata", añadió el presidente brasileño que almorzó con Sarkozy.

Por su parte, la presidenta argentina pidió una estrategia global contra la crisis que tome en cuenta la "economía real" mediante una mayor regulación, más inversiones en las infraestructuras y la participación de la OIT en el G20.

La presidenta argentina abogó por "un rol mucho más activo" del Estado "en materia de regulación y control", al considerar que la crisis fue provocada por la falta de control de las calificadoras de los bancos de inversión y del capital financiero, "que finalmente terminó no solamente autodestruyéndose, sino también afectando el funcionamiento de la economía real".

Y se llevó una gran ovación de los representantes de los 183 Estados miembros de la OIT cuando advirtió que "no es a través la flexibilización laboral donde se tiene rentabilidad, sino que se tiene rentabilidad cuando se tienen trabajadores bien remunerados y bien calificados".

En cuanto a Sarkozy, instó a "revisarlo todo", para "reconstruir un sistema financiero" orientado hacia los empresarios y no hacia los especuladores, enumerando "la vigilancia prudencial de los bancos, la reglamentación de los fondos especulativos, las reglas de contabilidad, los modos de remuneración".

"Yo le digo a todos los jefes de Estado y de Gobierno del G20, que para cada uno de nosotros es una responsabilidad histórica (...) el no dejar que pongan obstáculos ningún grupo de presión, ninguna burocracia, ningún interés particular", declaró el presidente francés.

Los mandatarios se expresaron ante los 183 Estados miembros de la OIT y de los representantes de las empresas y sindicatos.

Al abrir la cumbre, el director de la OIT, el chileno Juan Somavia, advirtió de que "el mundo no puede permitirse esperar que el empleo se reactive varios años después de la economía".

Según su organización, la crisis del empleo, que amenaza con establecer cifras récord de desempleados este año, con hasta 59 millones de desocupados más que en 2007, podría durar cuatro o cinco años más que la crisis económica.

Para frenar esta tendencia, hay que "iniciar urgentemente un movimiento de alta convergencia" entre los países, explicó Somavia.

Los programas de reactivación económica gubernamentales son esencialmente fiscales y sólo dedican 10 al 15% de los gastos a las medidas sociales.

En sus últimas previsiones, basadas en una caída de 1,3% de la economía mundial prevista por el Fondo Monetario Internacional (FMI), la oficina de la OIT prevé un número récord de desempleados este año, que afectaría a entre 210 y 239 millones de personas en el planeta, o sea una tasa de desempleo que se ubicaría entre 6,8 y 7,4%.

Para el BIT, esta situación conlleva "grandes riesgos" de desestabilización política.

La minicumbre del empleo reúne hasta el miércoles a ministros del Trabajo y representantes sindicales.

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