sábado, 13 de junio de 2009

Marruecos se resiste a la apertura hortofrutícola recíproca con la Unión Europea

BRUSELAS.- Marruecos se resiste a que la apertura de sus fronteras comerciales con la UE sea en ambos sentidos. La Comisión Europea considera que las discusiones con Marruecos para firmar un nuevo acuerdo agrícola están avanzadas y cree que hay posibilidades para celebrar una nueva sesión negociadora antes de las vacaciones de verano.

Sin embargo, Rabat insiste en que no quiere abrirse a las importaciones alimentarias de Europa, pues teme que esta corriente comercial perjudique a muchos miles de pequeños productores.

La problemática que plantean las producciones consideradas 'sensibles' preocupa en ambos lados, aunque por la parte europea no es una preocupación generalizada, sino sólamente de los sectores productivos que sufren las consecuencias de las crecientes importaicones baratas desde Marruecos.

Y esos sectores hortrofrutícolas sensibles se localizan mayoritariamente en las regiones del sur de la UE, mientras que en el norte prevalecen intereses distintos.

La UE y el país magrebí discuten desde hace más de tres años la renovación del actual protocolo agrícola, con el fin de liberalizar más el comercio mutuo, pero la última ronda se celebró hace más de cuatro meses, a finales de enero.

Marruecos está muy interesado en aumentar sus exportaciones de frutas y hortalizas, como el tomate, a los destinos europeos. A ello se oponen los productores europeos, que acusan a Marruecos de múltiples irregularidades para esquivar las limitaciones de contingentes y precios de entrada.

Bruselas está dispuesta a dar más ventajas hortofrutícolas a Marruecos, pero quiere reciprocidad y solicita aumentar el acceso al país alauita de produciones europeas como cereales, lácteos, alimentos transformados e incluso algunas frutas y verduras, pero Rabat se resiste porque teme las consecuencias que una apertura de este tipo podría tener sobre sus pequeñas explotaciones agrícolas.

Desde la Comisión Europea estiman que no se puede hablar de bloqueo o estancamiento de las discusiones y aseguran que por el contrario, la negociación está en una fase avanzada y se concentra en los productos "más sensibles", en concreto en los hortofrutícolas.

Para la UE y más por las preocupaciones de los productores españoles, los puntos delicados son precisamente los relacionados con la importación de fruta y verdura; en particular los que afectan al comercio de fresas y de tomates.

Marruecos ha defendido en estas negociaciones un incremento de sus contingentes para vender a la UE frutas u hortalizas con un trato preferente; también se discuten condiciones como los "precios de entrada" de tales productos, lo que preocupa a los operadores españoles.

Por su parte, la UE ha solicitado aumentar su acceso a Marruecos en productos como los lácteos, los cereales, los alimentos transformados e incluso algunas frutas y verduras, pero el país norteafricano teme las consecuencias que una apertura de este tipo podría tener sobre sus pequeñas explotaciones agrícolas.

La Comisión defiende que sus servicios "han dado muestras de prudencia" en todo el proceso de negociación, sobre todo en las concesiones arancelarias a Marruecos para los productos más sensibles.

Desde Bruselas consideran que "es normal que la negociación tarde", pero aseguran que se dan las condiciones para lograr un resultado que "aumente las perspectivas comerciales para las dos partes y tenga en cuenta la sensibilidad de ciertos sectores".

Ya dentro del pacto actual, en la última campaña se han multiplicado las quejas de productores de zonas como Almería, Murcia ó Canarias, quienes alegaron que Marruecos incumple su parte del compromiso por superar los cupos asignados de envíos de tomate.

El arreglo establece que Marruecos puede vender un contingente de 233.000 toneladas de tomate, aproximadamente, con aranceles reducidos.

Desde la CE han señalado que por encima de ese cupo "Marruecos es libre de vender más tomates", siempre que pague los derechos de aduana correspondientes, ya que no hay restricciones cuantitativas.

Otro punto en el que se han quejado los operadores españoles es el relativo a los precios de entrada para el tomate, pues alegan que Marruecos no los respeta, los fija más bajos e inunda el mercado con producto con el que no pueden competir los agricultores de la UE.

Bruselas ha señalado que corresponde a las Administraciones aduaneras de los países a los que llegan los envíos asegurar que se cumplen tales cotizaciones o de lo contrario aplicarles un impuesto.

No obstante, se está estudiando la posibilidad de modificar ese sistema de precios, según las fuentes.

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