miércoles, 15 de julio de 2009

El consumo tarda en despegar en EEUU

WASHINGTON.- Las ventas minoristas en Estados Unidos aumentaron en junio por segundo mes consecutivo, pero el consumo -vital para que el país retorne al crecimiento- no logra despegar.

Según datos corregidos por variaciones estacionales publicados el martes por el departamento de Comercio en Washington, las ventas de los distribuidores y de las empresas de restauración aumentaron en junio por segundo mes consecutivo, en 0,6% en relación a mayo (contra 0,5% el mes anterior).

El alza es mayor que lo previsto por los analistas, que la situaban en +0,4%.

Pero si se excluyen las ventas de gasolina (sometida a fuertes variaciones de precios) y de automóviles (sujetos a fluctuaciones importantes de un mes al otro), el índice está en baja por cuarto mes consecutivo, del 0,2%.

Puesto que el índice no tiene en cuenta las variaciones de precios, fue artificialmente inflado por el alza de la actividad en las estaciones de servicio (+5,0% en un mes), como consecuencia del encarecimiento de la gasolina en junio (+18,5%), según otras cifras publicadas por el departamento de Trabajo.

El alza de las ventas de automóviles (+2,3%) también jugó un papel importante. Desgraciadamente, estimó Michael Gregory, economista de BMO Capital Markets, fue provocada únicamente por un efecto de precios, porque los volúmenes de ventas bajaron.

De un total de 13 componentes del índice de ventas minoristas, seis bajaron en junio y uno se mantuvo estable.

"El frenesí de compras todavía no volvió", constata el economista independiente Joel Naroff, que estimó además que "los gastos de consumo de las familias no deberían haber contribuido demasiado al crecimiento en el segundo trimestre".

Según Elsa Dargent, economista de Natixis, a la inversa: "Dada la debilidad del índice de base de las ventas minoristas durante los tres últimos meses [...] el consumo debería haber bajado en el segundo trimestre".

Las ventas minoristas dan una idea aproximada de la tendencia del consumo de los hogares, que normalmente representa más de dos tercios del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos.

Tras el hundimiento en el segundo semestre 2008, el consumo aumentó 1,4% en ritmo anual, en el primer trimestre, pero no impidió una caída del PIB de 5,5%.

El departamento de Comercio debe publicar el 30 de julio su primera estimación del PIB para el segundo trimestre, que debería mostrar una nueva baja de la actividad por cuarto trimestre consecutivo, pero menor que durante los tres meses del invierno.

Previendo una recuperación de la economía en el segundo semestre, las autoridades de Washington esperan hacer volver a los estadounidenses a las tiendas gracias al plan de reactivación promulgado en febrero y a las medidas de la Reserva Federal (Fed) para desbloquear el mercado de crédito al consumo.

Pero ante el aumento del desempleo y el continuo descenso de los precios en el mercado inmobiliario, que empobrece a los propietarios de viviendas (más de 67% de los hogares), los estadounidenses muestran prudencia y prefieren reducir su endeudamiento y ahorrar: la parte disponible de sus ingresos depositados está en su nivel más alto en más de 15 años.

Las cifras de ventas minoristas "permiten pensar que los gastos reales de consumo continúan estabilizándose", subrayó Patrick Newport, economista del instituto IHS Global Insight, "pero todavía no se orientan hacia un camino de firme recuperación", y deberían haber bajado entre "0,3% y 0,5%" en ritmo anual en el segundo trimestre.

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