martes, 7 de julio de 2009

El legado de Schwarzenegger, arruinado por la crisis económica

SACRAMENTO.- Seis años atrás el electorado californiano le dio a Arnold Schwarzenegger una única misión, tan ambiciosa como la de las grandes producciones que protagonizó en el cine: arreglar de una vez por todas el caótico presupuesto de California.

Hoy, California no puede pagar sus cuentas y Schwarzenegger enfrenta la peor crisis fiscal que registra el estado en décadas, si haber podido cumplir su promesa de "poner fin a los gastos alocados".

Al gobernador republicano le quedan seis meses para imponer reformas duraderas que serían su legado. Dentro de seis meses comenzará la campaña en busca de un sucesor y él ya no tendrá fuerza para tomar iniciativas importantes.

El estado más poblado de la nación, responsable de un 12% del producto bruto del país, tiene un déficit de 26.300 millones de dólares, ha comenzado a emitir notas promisorias por primera vez en dos décadas, tiene la calificación de crédito más baja de todos los estados y registra un desempleo y una merma en el ingreso personal sin precedentes.

Cynthia Sterling, presidenta del concejo municipal de Fresno, opina que el gobernador es el principal responsable del actual estado de cosas. Sterling es una demócrata moderada, cuyo apoyo Schwarzenegger buscó por años y que lo respaldó en algunas iniciativas.

Hoy piensa que Schwarzenegger hizo algunos planteos buenos, pero no supo llevar sus ideas a la práctica. "Tomó decisiones equivocadas y no consultó con los que más sabíamos", manifestó. "Enfrentamos una crisis financiera seria por este gobernador".

La noche triunfal de octubre del 2003 en que Schwarzenegger aprovechó su fama para ganar unas elecciones especiales y fue aclamado por miles de admiradores, en medio de una lluvia de papel picado, parece algo lejano.

Solo un tercio de los votantes aprueban su gestión, según encuestas recientes, realizadas antes de que se agravara la crisis y el estado comenzase a emitir notas promisorias.

Schwarzenegger pareció sorprendido cuando fue recibido hostilmente el mes pasado en Fresno, bastión conservador donde siempre había sido muy popular.

"Arnold no vino decidido a generar un déficit de 25.000 millones de dólares. Nadie busca eso", sostuvo la esposa del gobernador, María Shriver. "La gente asume estos cargos porque quiere hacer cosas positivas, ayudar a hacer crecer el estado".

El que Schwarzenegger encare una crisis fiscal más grande que la que heredó no es culpa suya exclusivamente. Como él recuerda constantemente, el país atraviesa por su peor recesión en varias décadas, la cual afecta a todos y se ha ensañado con California.

Los economistas coinciden en que la crisis californiana es un reflejo de la crisis general.

El director de comunicaciones de Schwarzenegger, Matt David, asegura que el gobernador lucha desde el primer día por imponer reformas que le hubieran permitido al estado capear mejor este temporal, pero que ha tropezado con demasiados obstáculos.

Schwarzenegger planteó crear una reserva para emergencias, poner límites a los gastos y eliminar algunos programas del gobierno. Sus propuestas fueron rechazadas por el electorado en una votación especial en mayo.

La legislatura, mientras tanto, tiene buena parte de responsabilidad en la crisis, ya que aprobó o amplió programas sin determinar de dónde saldría el dinero para costearlos.

Schwarzenegger, no obstante, tomó medidas que agravaron la crisis.

Anuló un impuesto al automotor que generó 5.000 millones de dólares al año, sin buscar ese dinero en otro lado. Convenció al electorado de que tomasen préstamos por 15.000 millones de dólares para cubrir el déficit que había heredado y luego impulsó otro endeudamiento por 37.000 millones para costear programas de infraestructura.

Schwarzenegger critica hoy programas que en el pasado apoyó, como una iniciativa de 500.000 dólares anuales para costear programas para después de clases.

Daniel J.B. Mitchell, profesor de la Universidad de California, considera que el hecho de que no tenga una agenda definida conspiró contra las posibilidades de Schwarzenegger de imponer reformas fiscales importantes.

"Fue elegido en parte por la crisis presupuestaria de (su predecesor) Gray Davis. Es de suponer que su prioridad iba a ser el presupuesto del estado", dijo Mitchell.

Sin embargo, desde su elección en una votación especial, Schwarzenegger se ha enfocado en una serie de iniciativas que no estaban necesariamente relacionadas con el presupuesto, según Mitchell.

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