lunes, 27 de julio de 2009

El mercado inmobiliario de EEUU sale lentamente de la crisis

WASHINGTON.- La neta alza de las ventas de viviendas nuevas en Estados Unidos confirmó este lunes que el mercado inmobiliario comienza a salir de la profunda depresión en la que cayó en el invierno, aunque a un ritmo moderado.

Las ventas de viviendas nuevas aumentaron un 11,0% en junio en relación al mes anterior y fueron muy superiores a las previsiones de los economistas, alcanzando 384.000 unidades en ritmo anual contra 360.000 esperadas, según cifras publicadas este lunes por el departamento de Comercio.

Los precios de venta cayeron, por el contrario, sugiriendo que los constructores están realizando rebajas para reducir los inventarios. El precio medio de venta cayó a 206.200 de 219.000 dólares un mes antes. El tiempo promedio que las viviendas permanecen en el mercado alcanzó un récord de 11,8 meses.

El sector fue de los más afectados por la crisis económica, pero las cifras de junio son un alivio tras un alza que no registraba una magnitud tal desde diciembre de 2000.

"Las ventas de nuevas viviendas recobran por fin el alza, después de haber quedado más o menos estables desde principios del año", a niveles históricamente bajos, dijo Celia Chen, de Moody Economy.com.

Otros indicadores inmobiliarios para este mes fueron igual de alentadores. Las ventas de viviendas usadas aumentaron 3,6% con relación a mayo, pero sobre todo volvieron a un nivel similar al de hace un año.

El inicio de construcción de viviendas aumentó 3,6%, y las licencias de obras 8,7%, aunque su nivel permanece lejos del de hace un año (respectivamente 46% y 52% por debajo).

Toda la problemática del sector reside en las dificultades a la hora de reducir existencias de viviendas excedentarias heredadas de los años del "crédito fácil".

El 'stock' de viviendas nuevas alcanzó en junio su nivel más bajo desde febrero de 1998, y equivale en la actualidad a 8,8 meses de ventas (cifra que no se veía desde octubre de 2007) contra un máximo de 12,4 meses en enero.

"La oferta se normaliza, lo que es una buena noticia", explicó Marie-Pierre Ripert de Natixis. Pero para Patrick Newport, de IHS Global Insight, con 128.000 viviendas en venta contra menos de 100.000 en un mercado "normal", "las existencias son demasiado elevadas".

Los vendedores deben resignarse a sacrificios importantes. El precio promedio de venta, que no es ajustado por variaciones temporales, retrocedió en junio al nivel de 2004.

Los agentes inmobiliarios repiten desde hace meses que para todo estadounidense que goce de la seguridad del empleo, nunca hubo un momento tan propicio para la compra. Éstos toman nota de eso poco a poco.

"Lo que parece ocurrir es que la parte más barata del mercado va mucho mejor, porque los compradores potenciales, en particular los primerizos, no están estrangulados por deudas anteriores y ven el acceso a la propiedad como muy accesible", comentó Ian Shepherdson, de High Frequency Economics.

Pero queda un camino largo por recorrer antes de recobrar condiciones de mercado en las cuales la construcción residencial pueda contribuir al crecimiento.

Los bancos todavía se ven forzados a recuperar numerosas viviendas compradas durante el período de la burbuja. En junio, el número de ejecuciones se mantuvo próximo a su récord de abril y en subida de 15% sobre un año.

"No sólo los motores tradicionales de la demanda como la renta y el crecimiento del empleo son excepcionalmente débiles, sino que la inmensa oferta de viviendas usadas desvía la demanda por las nuevas", subrayó Chen.

"El excedente de oferta en las usadas es enorme", dijo también Ripert, al tiempo que "ciertas viviendas en oferta son transferidas del mercado de venta al de alquiler" y podrían regresar a la venta si mejora la coyuntura.

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