sábado, 4 de julio de 2009

El Papa llama al G-8 a reforzar la ayuda al desarrollo y a tomar medidas "éticas"

CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa llamó este sábado a los líderes del G-8 que se reunirán del 8 al 10 de julio en Italia a reforzar la "ayuda al desarrollo" y a tomar medidas "éticas" ante la crisis económica, en una carta dirigida al jefe de Gobierno italiano, Silvio Berlusconi.

"Pido a los países miembros del G-8 y a los demás jefes de Estado y de Gobierno presentes del mundo entero que mantengan y refuercen la ayuda al desarrollo, sobre todo aquella dirigida a valorar 'los recursos humanos'", escribió Benedicto XVI en la misiva divulgada por la oficina de prensa de la Santa Sede.

En la carta, de tres páginas y escrita en italiano, el Papa recuerda a los líderes que asistirán a la cumbre del G-8 que las medidas contra la crisis económica mundial deben introducir un "valor ético".

"La eficacia técnica de las medidas a adoptar para salir de la crisis coincide con la medida de su valor ético", subrayó el jefe de la Iglesia Católica.

Los líderes de las ocho grandes potencias económicas mundiales (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia) y los de las economías emergentes del G5, entre ellas China, México y Brasil, se reunirán en la ciudad de L'Aquila (centro del país) para abordar la grave crisis económica y financiera mundial.

En su mensaje, el Papa elogió la ampliación de la cumbre a otras naciones, lo que calificó de "oportuno" ante la situación actual, y los instó a todos a cambiar el modelo de desarrollo global.

"Los desafíos que representa la crisis económico-financiera en curso, así como el preocupante fenómeno del cambio climático, los obliga a un sabio discernimiento y a nuevos proyectos para 'convertir' el modelo de desarrollo global", escribió.

El Papa pidió igualmente que se fomente "un desarrollo humano integral, inspirado en los valores de la solidaridad humana y de la caridad", tema que abordará en su próxima encíclica, la cual será publicada el próximo 7 de julio.

Una copia de la encíclica en diferentes lenguas será distribuida a los cerca de 40 jefes de Estado y de Gobierno que asistirán a la cumbre.

El jefe de la Iglesia Católica solicita que se escuche también "la voz de África y de los países menos desarrollados económicamente" y recuerda que su predecesor, Juan Pablo II, solicitó en numerosas ocasiones y con fuerza la anulación de la deuda externa de los países pobres.

Benedicto XVI considera que entre las medidas éticas que los poderosos de la tierra deberían tomar durante la próxima cita internacional se debe incluir la "creación de puestos de trabajo para todos y todas", asunto fundamental para el desarrollo de la sociedad.

El Papa exhorta con "urgencia" a definir "un equitativo sistema comercial internacional", a "reformar la arquitectura financiera internacional" y a "evitar la especulación crediticia", además de "garantizar créditos públicos y privados para la producción y el trabajo".

Por último, el pontífice elogió la elección de la ciudad de L'Aquila, devastada por un seísmo el pasado 6 de abril que causó casi 300 muertos, como sede de la reunión mundial.

"Una decisión significativa", escribió el Papa, que "podría convertirse en una invitación a movilizar la solidaridad mundial", subrayó.

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