Según el banco central, el Producto Interior Bruto (PIB) se contrajo entre los meses de abril y marzo un cuatro por ciento interanual y un 0,9 por ciento intertrimestral.
La última previsión oficial del Gobierno para 2009 apunta a una contracción del PIB real del 3,6 por ciento.
Basándose en los datos del Instituto Nacional de Estadística, en el primer trimestre de 2009 el PIB bajó un tres por ciento interanual y un 1,9 por ciento intertrimestral.
"Los indicadores disponibles referidos al período de abril-junio apuntan a una prolongación de las tendencias contractivas, aunque a un ritmo más contenido, en un entorno caracterizado por una cierta normalización de los mercados financieros y unas condiciones externas menos severas", dijo la institución.
"Las estimaciones (...) apuntan a un descenso intertrimestral del PIB del 0,9 por ciento - menos pronunciado que en los dos trimestres precedentes-, si bien la tasa interanual, sujeta por definición a mayor inercia, habría continuado ampliando su recorrido bajista, hasta retroceder un 4 por ciento", agregó.
El banco central estima que la demanda nacional habría retrocedido un seis por ciento interanual mientras la demanda exterior neta aportó 2,2 puntos porcentuales al PIB.
Por el lado de la oferta, los sectores industrial y de construcción concentraron el grueso del ajuste, aunque la construcción moderó su recorte gracias al Fondo Estatal de Inversión Local.
Sin embargo, la inversión residencial intensificó su debilidad en un contexto de expectativas de más caídas en los precios de las viviendas y el Banco de España estimó que la inversión residencial se habría reducido en torno a un 25 por ciento interanual en el período abril-junio.
Desde el punto de vista de los precios, el banco central advirtió de la necesidad de mantener diferenciales de inflación negativos con la eurozona para asegurar la recuperación de la economía.
"Los ajustes de precios en España están siendo más intensos que en la zona del euro, lo que configura un panorama de ausencia de presiones inflacionistas y de diferenciales de precios negativos con la UEM que es necesario preservar para consolidar una cierta ventaja competitiva en la que se pueda asentar la recuperación", dijo.
Después de años de sufrir tasas de inflación superiores a las de los socios europeos, España mantiene un diferencial negativo comparado con la media de la UEM que expertos explican por la acusada sensibilidad de la economía española a las fluctuaciones del precio internacional del crudo.
En su boletín mensual, el Banco de España también advirtió sobre el aumento del gasto y la necesidad de cumplir con las recomendaciones del Consejo Europeo. El objetivo de estabilidad aprobado el pasado 8 de julio por el Gobierno español prevé que el déficit público alcance el 7,9 por ciento en 2010 y una reducción progresiva posterior para llegar al tres por ciento del PIB en 2012.
"El cumplimiento de la senda de ajuste descrita resulta muy importante para preservar la confianza de los agentes en el mantenimiento de la estabilidad presupuestaria a medio plazo", dijo el Banco de España.
"En este sentido, la magnitud de la corrección prevista en tan corto espacio de tiempo exige una ejecución presupuestaria muy estricta y la adopción de medidas ambiciosas".
El banco central añadió que para conseguir los objetivos es necesario "incluir recortes del gasto público y, en particular, del gasto improductivo".
Pese a la mejora de diversos indicadores en los últimos meses, el Banco de España advirtió de que persisten incertidumbres con respecto al ritmo y al momento de la recuperación de la economía mundial.
"La menor contracción de la actividad y las señales de estabilización de los mercados financieros internacionales han detenido la trayectoria de continuas revisiones a la baja en las previsiones de crecimiento de la economía mundial, si bien el diagnóstico sobre la duración de la recesión -que se vislumbra prolongada- y la pauta de salida -que se prevé muy gradual- no se han visto modificados sustancialmente", dijo.
En el entorno de la eurozona, el banco central explicó que aunque el escenario central apunta a tasas de crecimiento intertrimestrales positivas a lo largo de 2010, la perspectiva "sigue sometida a incertidumbres y contiene numerosos elementos de fragilidad".
En este sentido, el Banco de España advirtió sobre los mercados de trabajo y la evolución del empleo, el deterioro de las finanzas públicas por las medidas de estímulo y apoyo al sistema y la situación del sector bancario y el crédito.
"La crisis financiera internacional y la recesión económica han afectado severamente al sistema bancario, que depende en parte del apoyo del sector público y en el que persisten las tendencias al desapalancamiento", dijo el Banco de España.
Añadió que es vital "garantizar que esta situación desfavorable no se traduzca en un episodio de contracción de la oferta de crédito más allá de lo que las circunstancias cíclicas determinarían".
No hay comentarios:
Publicar un comentario