sábado, 18 de julio de 2009

En Argentina, el ministro respalda al encargado de elaborar las cifras de inflación

BUENOS AIRES.- El ministro de Economía, Amado Boudou, dijo el sábado que el controvertido secretario de Comercio, Guillermo Moreno, seguirá en su cargo a pesar de la presión de sectores opositores que reclaman su renuncia porque sostienen que manipularía las cifras de la inflación.

"Por supuesto", respondió Moreno cuando en una entrevista le preguntaron si mantendría a Moreno en su cargo.

"En los gobiernos hay personas que tienen buena y mala prensa", destacó Boudou a Radio Mitre y aludiendo a Moreno dijo: "Lo importante es cómo llevan las tareas".

Además, dijo que se van a tomar "algunas medidas" que no adelantó para "fortalecer" el Indec (Instituto Nacional de Estadística y Censos) y sobre el que Moreno tendría plenos poderes.

El martes, el Indec anunció que el índice de precios al consumidor en Argentina subió un 0,4% en junio con relación al mes anterior.

Comparado con el mismo mes de 2008, la inflación fue de 5,3%. En tanto que en lo que va de este año, los precios acumularon un alza de 2,7%.

Los bienes, que representan un 62% de la cesta familiar, registraron una variación de 0,3%, mientras que los servicios subieron el 0,6% con respecto al mes anterior, dijo el Indec.

Analistas privados estimaron, sin embargo, que la inflación se ubicó entre 0,6% y el 0,7%.

Las discrepancias sobre el índice real de inflación se basan en la virtual intervención del Indec que dispuso el gobierno nacional en febrero de 2007 cuando reemplazó a funcionarios clave por otros afines a la administración de Néstor Kirchner, esposo de la actual mandataria Cristina Fernández.

Tras asumir el gobierno en diciembre de 2007, Fernández ordenó nuevos cambios en la metodología para medir los precios.

Pero el nuevo índice no tiene en cuenta la educación privada, los alquileres, la medicina privada y otros rubros que han experimentado fuertes alzas.

También deja de lado algunos alimentos y toma como referencia casi exclusivamente los productos que consumen las clases más bajas, cuyo precio ha sido acordado entre el gobierno y los productores.

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