El año fiscal 2008-2009 finalizó la medianoche del martes. California no llegó al plazo para pagar sus cuentas y ahora podría tener que emitir pagarés, mientras legisladores de otros estados trabajaban bajo presión porque sus gobiernos comenzaban el nuevo año fiscal sin un presupuesto aprobado.
En Illinois, el trabado esfuerzo por aprobar la ley de gastos fracasó por completo el martes, por lo que el estado no tiene ningún plan para pagarle a sus empleados ni para proveer servicios públicos.
El período legislativo finalizó sin ningún plan para que los legisladores regresen ni para que el gobernador Pat Quinn y los líderes parlamentarios vuelvan a negociar.
En Pensilvania, las conversaciones entre el gobernador Ed Rendell y los líderes legislativos terminaron el martes por la noche sin grandes avances, dijeron funcionarios.
Rendell dijo que no cree que se llegue a un acuerdo pronto. Si no se resuelve el estancamiento, el estado podría no ser capaz de pagarle a los empleados públicos.
El fin de junio es el final del año fiscal en muchos estados, por lo que las legislaturas debían aprobar sus presupuestos el martes, tras un año en que la recesión ha tenido efectos devastadores en las finanzas de los gobiernos.
El embrollo presupuestario de California podría tener efectos nacionales debido a la enormidad de la economía de ese estado. El Senado rechazó tres leyes que buscaban ahorrar 5.000 millones de dólares, entre ellos 3.300 millones en recortes de fondos para educación que debían ser aprobados antes del miércoles.
El presidente provisional del Senado, el demócrata Darrell Steinberg, dijo que la negativa a votar de los republicanos era "una posición irresponsable". Se necesitaban al menos dos votos de republicanos para llegar a la mayoría de dos tercios que debe aprobar las leyes, las que recibieron apoyo de ambos partidos en la Asamblea estatal.
Arizona, Indiana, Ohio, Connecticut y Misisipí también estaban en una carrera contra reloj para aprobar sus presupuestos.
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