En París, empero, el cambio no fue notado entre los parroquianos. Aunque contentos al saber que pagarían menos, los clientes dijeron que la reducción del IVA del 19,6% al 5,5% no alterará sus hábitos de ocio.
El presidente Nicolas Sarkozy prometió la medida durante la campaña electoral hace dos años, con la esperanza de fomentar el crecimiento en todos los sectores de la economía, al motivar un mayor gasto del consumidor en los restaurantes y lograr que los propietarios amplíen sus negocios y contraten más gente.
Sentado en una terraza en Le President Cafe, a corta distancia de los Campos Elíseos, Robert Curley, que pasa su tiempo entre Nueva York y París, esperaba a Alain Poirier para impartir una clase de inglés tomando café.
"Almuerzo fuera con mucha frecuencia, por lo menos tres veces por semana", dijo Curley. "Mi estilo de vida es así y no creo que el precio tenga diferencia alguna".
Su estudiante, un empleado de banca que trabaja en el barrio, estuvo de acuerdo.
"Creo que la diferencia es insignificante", opinó Poirier. Destacó que aunque algunos platos del menú en Le President fueron reducidos, otros no variaron y los clientes no verán el coste hasta que reciban la cuenta.
Los propietarios de restaurantes habían solicitado la reducción desde hace una década, con la esperanza de atraer más clientes a los comedores tradicionales, de mantel y cubertería, que se pasaron en masa a los negocios de comida rápida, principalmente debido a sus precios más económicos y menores impuestos.
A ello se sumó la recesión global que afectó tanto a los franceses como a los turistas extranjeros.
Finalmente, la prohibición de fumar en los restaurantes, que entró en vigencia el año pasado, hizo temer a los propietarios de esos establecimientos la pérdida de clientela.
La reducción del IVA obtuvo a principios de año la aprobación de la Unión Europea y entró en vigencia el miércoles.
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