martes, 7 de julio de 2009

La crisis política podría hundir la economía de Honduras

TEGUCIGALPA.- La economía de Honduras, que nunca ha sido fuerte, podría verse profundamente afectada por los esfuerzos internacionales destinados a aislar y presionar al gobierno interino para que devuelva el poder al depuesto presidente Manuel Zelaya.

La ayuda internacional y los créditos se han reducido, existe una amenaza de sanciones comerciales y el presidente venezolano Hugo Chávez cortó el suministro de petróleo a Honduras poco después de que su aliado Zelaya fuera destituido en un golpe de Estado.

Los pobres (la mitad de la población hondureña) serán los más afectados por el aislamiento económico. Honduras es el cuarto país más pobre del continente americano y 20% de su presupuesto se financia directamente con donaciones internacionales y créditos.

A pesar de ser suspendido de la Organización de los Estados Americanos y condenado por las Naciones Unidas, el nuevo gobierno no se ha retractado. El presidente Roberto Michelletti impidió que Zelaya aterrizara el domingo en un aeropuerto hondureño y ha descartado cualquier acuerdo negociado que involucre su regreso.

"El gobierno actual sostiene una posición dura que señala: 'Nadie nos puede decir qué hacer', pero debe tomar en cuenta la economía", señaló Gerardo L. Munck, experto en Latinoamérica de la Universidad del Sur de California. "La gente utilizará las medidas económicas para hacer valer su posición política en contra de lo que pasó".

La crisis económica mundial también ha afectado las principales fuentes de ingreso de Honduras, incluyendo las remesas de los inmigrantes y las exportaciones, que incluyen café, bananas y madera, así como ropa y camarón.

El Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo suspendieron alrededor de 470 millones de dólares en ayuda y prestamos la semana pasada, en espera de que lo que el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, califico como una "aclaración de asuntos legales".

Honduras también podría perder más de 100 millones de dólares de asistencia enviados por Estados Unidos, si el gobierno estadounidense clasifica oficialmente la salida de Zelaya como un "golpe de Estado", lo que llevaría a una suspensión inmediata. Si esto sucede, podrían necesitarse años para recuperar los contratos perdidos y reactivar la ayuda, dijo Heather Berkman, analista para Latinoamérica en el Grupo Eurasia en Washington.

Por ahora la Casa Blanca ha dicho que la salida del presidente "no es legal".

"¿Qué es lo que quieren lograr, castigar a los políticos o a la población?" dijo Benjamin Bogran, el nuevo ministro de Economía de Honduras. "Cada vez que surge una crisis política, no son los líderes los que sufren sino la población".

Los pobres también resentirán la suspensión de los envíos de petróleo venezolano, que el año pasado vendió 350 millones de dólares en combustible a Honduras, dijo Berkman.

Sin embargo, varios analistas sostienen que los bloqueos comerciales no son muy probables. Nicaragua, Guatemala y El Salvador cerraron sus fronteras por dos días, pero sus propios productores se quejaron pues según ellos la medida les afectó más a ellos que a los consumidores hondureños.

Asimismo, ese tipo de sanciones comerciales son vistas como una herramienta de Estados Unidos muy poco popular en Latinoamérica, como en el caso del bloqueo económico a Cuba.

Pero la crisis política podría tener el mismo efecto que las sanciones económicas si el país se paraliza.

"El gobierno piensa que puede sobrevivir el aislamiento por unos meses hasta las nuevas elecciones... y podría, si sólo dependiera de eso", indicó Berkman. "Pero cuando la asistencia y la economía están en juego, es cuando la gente se molesta".

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