lunes, 27 de julio de 2009

La UE prohíbe el comercio de piel y productos de foca pese a Canadá

BRUSELAS.- Los países de la UE aprobaron finalmente este lunes prohibir el comercio de productos derivados de la foca, como las pieles, pese a las amenazas del Gobierno canadiense, uno de los grandes exportadores, de denunciar esta decisión ante la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Los ministros europeos de Relaciones Exteriores, reunidos en Bruselas, ratificaron así una resolución adoptada en mayo por el Parlamento Europeo, cuyos parlamentarios juzgaron la caza de focas "repugnante".

El cierre del mercado europeo a estos productos a partir de 2010 se suma a los embargos ya decretados por Estados Unidos y México, principales socios comerciales de Canadá.

Europa, no obstante, aprobó una excepción que se aplicará a productos procedentes de la caza tradicional practicada por las comunidades indígenas, como los inuit de Alaska, y siempre y cuando su venta responda a "fines no lucrativos".

El Gobierno canadiense amagó por su parte con llevar a la Unión Europea (UE) ante la OMC si no contemplaba una exención para sus productos, argumentando que, en su caso, la caza de focas se hace "sin crueldad".

En cambio, las organizaciones de defensa de los animales saludaron la prohibición europea, que "responde a las expectativas de los ciudadanos", según Lesley O'Donnell, director por Europa del Fondo Internacional para la Protección de Animales (IFAW).

Ottawa autoriza cada año la matanza de 338.000 focas, una cifra que estima que no pone en peligro la supervivencia de la especie.

Canadá, Groenlandia y Namibia matan el 60% de las 900.000 focas abatidas cada año.

Canadá anunció este lunes que elevará la disputa en torno a la cacería de focas a la Organización Mundial de Comercio (OMC), comprometiéndose a apelar la decisión de la Unión Europea de prohibir la importación de productos derivados.

"Estamos muy decepcionados con este fallo. Creemos que esto viola claramente las normativas de la Organización Mundial de Comercio", dijo el ministro canadiense de Comercio Internacional, Stockwell Day, a periodistas, insistiendo en que la caza es "humanitaria, científica y sigue reglas ambientales de sustentabilidad".

La decisión es una "abominación" que "ataca directamente las culturas, las comunidades y el medio de subsistencia de mucha gente", lamentó el Inuit Tapiriit Kanatami, principal organización Inuit canadiense.

Unos 6.000 canadienses participan cada año en la caza de focas en la costa atlántica, pese a que la demanda cae en todo el mundo. La caza fue no obstante menor debido a esa bajada.

Noruega, Islandia, Rusia y Estados Unidos también cazan a este animal.

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