La votación por 31-28, se ajustó a las líneas partidistas y se realizó semanas después de la fecha esperada tanto por la Casa Blanca como por los dirigentes demócratas.
Fue apenas un paso en un largo proceso legislativo que ha provocado ya retrasos en el cronograma fijado por Obama. El progreso de la Cámara de Representantes para proporcionar atención a la salud de 50 millones de estadounidenses que carecen de seguro no fue equiparado por el Senado, donde los negociadores republicanos y demócratas anunciaron que necesitaban más tiempo para llegar a un acuerdo.
Las perspectivas generales de la iniciativa siguen inciertas. Ambas cámaras tendrían que aprobar la legislación y luego afinar las diferencias entre las dos versiones.
Estados Unidos es el único país desarrollado que carece de un plan nacional e incluyente de salud para todos sus ciudadanos, y Obama basó buena parte de su campaña en la promesa de ofrecer atención asequible a la totalidad de los estadounidenses.
Sin embargo, la recesión y el agravamiento del déficit presupuestario han dificultado la obtención de apoyo para programas de salud costosos y nuevos.
Las encuestas muestran que muchos estadounidenses temen que una reforma del sistema de salud reduzca la calidad de la atención y aumente los costos. Los republicanos, apaleados en las últimas dos elecciones, han aprovechado el asunto para atacar a Obama, cuya popularidad ha descendido en las semanas recientes.
La Comisión de Energía y Comercio era la última de las tres que debían pronunciarse sobre la iniciativa de salud en la Cámara de Representantes. Muchos legisladores consideran que esta medida provocará cambios en una sexta parte de la economía nacional.
El voto en el pleno de la cámara baja se espera en septiembre, luego que los legisladores regresen de sus vacaciones de un mes.
Los demócratas en el panel hicieron un gran esfuerzo por satisfacer las exigencias de liberales y conservadores dentro de la comisión, en busca de la unidad necesaria para superar la oposición de los republicanos.
"Coincidimos en que teníamos que dirigirnos al mismo rumbo", dijo el representante Henry Waxman, presidente demócrata de la comisión, que encabezó horas de negociaciones privadas y de encuentro públicos del panel. Cinco demócratas se opusieron al proyecto.
Aunque el ritmo de trabajo fue más lento de lo que hubieran esperado los dirigentes del partido, resultó por mucho más veloz que el observado en la cámara alta.
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