viernes, 28 de agosto de 2009

Angola plantará caña de azúcar para biocarburantes

LUANDA.- Angola plantará caña de azúcar a partir de septiembre por primera vez en 30 años, dentro de un proyecto con participación brasileña para la producción de azúcar y etanol con el que el país petrolero dará su primer paso hacia los biocarburantes.

En la provincia de Malanje (30.000 hectáreas), a cientos de kilómetros al este de Luanda, se pondrá en marcha este primer proyecto de biocombustibles en Angola, donde el gobierno está tratando de hacer renacer la agricultura tras décadas de guerra.

La idea forma parte de los esfuerzos gubernamentales por diversificar la economía más allá de su dependencia del petróleo y los diamantes, responsables del auge económico vivido en el país tras la guerra civil que terminó en 2002.

"Es un proyecto muy importante para nuestro país", dijo Rui Gourgel, presidente de Biocom, la compañía que está detrás de esta iniciativa de 154 millones de dólares.

"El azúcar se hacía en Angola antes de la independencia, pero ahora es 100% importado. Pronto Angola tendrá de nuevo azúcar de producción propia", explicó . "Estamos reactivando la agricultura, descentralizando el sector industrial, (...) generando empleo y creando nuevas áreas de conocimiento y formación", añadió.

En el proyecto participan la compañía petrolífera estatal Sonangol, la firma brasileña de construcción Odebrecht y el grupo privado angoleño Damer.

Según Gourgel, el complejo tendrá su propia planta procesadora y producirá 280.000 toneladas de azúcar y 30.000 metros cúbicos de etanol de los residuos de caña. Las fibras que sobren de la caña, las hojas y el calor sobrante del procesamiento del azúcar se utilizarán para producir electricidad -alrededor de 217 megavatios al año- en una turbina de vapor.

Angola es el último de una serie de países africanos que están cediendo sus tierras a las compañías para cultivar productos no alimenticios, una tendencia que preocupa tanto a las comunidades rurales como a la ONU.

"Este tipo de plantaciones utilizan mucha tierra", explica Sergio Caludungo, director del grupo angoleño Acción para el Desarrollo Rural y el Medio Ambiente (ADRA). "Tenemos que estar seguros de que la población local no tendrá que luchar por la tierra y los recursos como el agua".

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) alertó en mayode que las adquisiciones masivas de tierras en África estaban amenazando el acceso al agua, a los alimentos y a los recursos naturales.

Angola carece en la actualidad de una ley que regule los biocombustibles y estipule cuánta tierra puede destinarse a ese fin. Un proyecto de ley está siendo examinado en el Parlamento, pero su resultado es incierto.

Caladungo pide que la ley tenga en cuenta a todas las partes, desde las comunidades rurales, la industria y el gobierno central.

Mientras, otras compañías están esperando a tener luz verde para empezar proyectos similares.

La firma portuguesa Quifel Natural Resources esperó un año para conseguir el visto bueno que le permite plantar girasoles y soja en la provincia de Cunene, en el sur del país.

"Hay mucho potencial en Angola para estos cultivos", dijo la analista de combustibles Kholofelo Maele, de la consultoría Frost & Sullivan, en Ciudad del Cabo (Sudáfrica).

"Pero es clave que la legislación sea correcta y que Angola aprenda de los errores de otros países, donde ha habido conflictos de tierras por la producción de biocarburantes", avisó.

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