lunes, 3 de agosto de 2009

Fitch ratifica la máxima calidad de la deuda de España

PARÍS.- La agencia de calificación crediticia Fitch Ratings confirmó este lunes la máxima calificación de la deuda a largo plazo de España, situada en 'AAA', con perspectiva "estable", gracias a la respuesta dada por las autoridades y a la capacidad de resistencia de las principales entidades del sistema bancario español.

De este modo, Fitch se suma a la decisión de Moody's de mantener la máxima calificación crediticia de España con perspectiva estable, una máxima nota que, por el contrario, sí fue rebajada en una categoría por Standard & Poor's el pasado mes de enero.

"La confirmación del rating con perspectiva estable viene respaldada por la robusta respuesta de las autoridades a la crisis financiera global, la resistencia de las mayores entidades bancarias con importancia sistémica y los ambiciosos objetivos de consolidación fiscal a medio plazo, incluyendo los planeados recortes en el gasto público a partir de 2010", afirmó el analista de Fitch Andres Klaar.

La calificadora de riesgos destacó que el relativamente bajo nivel de deuda pública previo a la crisis permite que España pueda todavía absorber durante la recesión un "muy sustancioso shock fiscal", manteniéndose menos endeudada que sus principales homólogos europeos con calificación 'AAA'.

Asimismo, la agencia considera que el historial de reducción de deuda de España sugiere que las autoridades seguirán un riguroso programa de consolidación fiscal a medio plazo, incluso a pesar de que el objetivo de reducir el déficit por debajo del 3% en 2012 "no sea realista".

No obstante, Fitch considera que el ritmo de caída de la demanda doméstica, combinado con el rápido incremento del paro y el esfuerzo de las medidas discrecionales de estímulo fiscal, como la deducción de 400 euros, suponen un duro "peaje" para las cuentas públicas.

En este sentido, la agencia de 'rating' espera que el déficit fiscal de España se eleve hasta el 10% del PIB en 2009 y se mantenga en el 9,5% el próximo año.

No obstante, la calificadora considera que el Gobierno ha anunciado un "agresivo" objetivo de consolidación para reducir el déficit por debajo del 3% en 2012, un objetivo "difícil de cumplir", pero respecto al que Fitch tiene en cuenta el historial de disciplina fiscal demostrado a principios de la década, que sugiere que será "perseguido de manera vigorosa".

No obstante, la agencia advierte de que los déficit fiscales sostenidos, junto a la necesidad de financiar el plan de recapitalización bancaria anunciado, elevarán la deuda del Gobierno al 75% del PIB en 2011, frente al 36% de 2007, lo que supone el incremento más rápido entre los países con 'triple A'.

Por otro lado, Fitch destaca que la combinación de las medidas fiscales puestas en marcha por el Gobierno, junto al efecto de los recortes de tipos de interés adoptados por el Banco Central Europeo (BCE) y la significativa corrección de los desequilibrios comerciales con una caída de las importaciones deberían "limitar la caída del PIB en 2009 al 3,6%", en línea con los datos de otros países con la máxima calificación crediticia.

De este modo, la calificadora de riesgos augura una recuperación "relativamente lenta" de la economía española a medida que se corrigen los excesos del sector de la construcción, aunque señala las mejoras de la economía española desde el lado de la oferta ayudan a mitigar los riesgos de un prolongado estancamiento.

En este sentido, Fitch destaca que a pesar de las escasas reformas acometidas, el mercado laboral español ha ganado cierta flexibilidad, y destaca que las exportaciones españolas han logrado en gran medida mantener su cuota de mercado a pesar de la apreciación de los tipos de cambio, lo que a su juicio sugiere mejoras en la competitividad al margen de los precios.

Por otro lado, Fitch destaca que, a diferencia de otros sistemas bancarios de países con máxima calificación, los bancos españoles no han requerido hasta la fecha inyecciones públicas de capital, mientras que ha mejorado el acceso a liquidez procedente del BCE y se han aliviado las restricciones de financiación en los mercados para los grandes bancos.

De este modo, la calificadora destaca el papel supervisor desempeñado por el Banco de España, que permitió a la mayor parte de los bancos mantenerse al margen del problema de los activos 'subprime'.

No obstante, Fitch advierte de las crecientes dificultades domésticas por el deterioro de los sectores de la construcción e inmobiliario, amplificadas por el incremento del desempleo, lo que supondrá un desafío a la calidad de los activos.

De este modo, el informe de Fitch apunta que, mientras los grandes bancos con importancia sistémica continúan presentando resultados sólidos, existe una concentración del riesgo en las cajas de ahorro.

Así, la agencia señala que las autoridades han respondido oportunamente a estas preocupaciones y al incremento de los préstamos en riesgo de mora, y apunta que el anunciado Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), que podría movilizar hasta 90.000 millones de euros para asistir a entidades en apuros, debería ser suficiente para cubrir las necesidades de reorganización del sistema a la vez que asegura su solvencia y estabilidad durante el ciclo.

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