jueves, 27 de agosto de 2009

La economía española cayó un 4,2% hasta junio, la mayor de su historia

MADRID.- La economía española se contrajo un 4,2% en tasa interanual en el segundo trimestre del año y un 1,1% en tasa intertrimestral, superando en ambos casos en un décima lo avanzado por el INE el pasado 14 de agosto, según ha confirmado dicho organismo.

El dato trimestral muestra una desaceleración menos pronunciada de la economía española en comparación con el primer trimestre del año, cuando el PIB se hundió un 1,6%, pero la tasa interanual supone el peor registro en un trimestre desde 1970, cuando el INE empezó a realizar las estadísticas de Contabilidad Nacional.

Además, las nuevas cifras superan en ambos casos las previsiones realizadas por el Banco de España, que estimaba una caída interanual del 4% y un descenso intertrimestral del 0,9%.

La caída del PIB en un 4,2% es la tercera reducción interanual consecutiva tras los retrocesos del 1,2% y del 3,2% experimentados en trimestres anteriores, mientras que la variación intertrimestral (-1,1%) modera la caída del primer trimestre (-1,6%).

En tasa intertrimestral, el PIB se ha contraído ya cuatro trimestres consecutivos.

Según el INE, la contracción del PIB español fue resultado de la mayor contribución negativa de la demanda nacional, que pasó de -6,1 puntos a -7,3 puntos, mientras que la demanda externa aumentó su aportación positiva al crecimiento de 2,9 puntos a 3,1 puntos.

El organismo aseguró también que los países europeos que han publicado sus datos del segundo trimestre han mostrado comportamientos diferenciados, ya que algunos como Alemania (-5,9), Francia (-2,6%), Italia (-6%) o Portugal (-3,7%) mantienen o mejoran su crecimiento interanual, mientras que otros como Holanda (-5,1%), Austria (-4,4%) o el Reino Unido (-5,6%) empeoran.

Así, el PIB agregado de la UE cae un 4,8%, mientras que el de la zona euro repunta tres décimas, hasta el -4,6%.

El PIB a precios corrientes retrocedió en el segundo trimestre un 4,1% en tasa interanual, reduciendo en 2,2 puntos su ritmo de avance. De esta manera, el deflactor implícito de la economía se situó en el 0,1%, cifra 1,2 puntos inferior a la del trimestre anterior.

El INE explicó que el repunte de la contribución negativa de la demanda interna al PIB es resultado de la mayor detracción del consumo de las familias y de la inversión, aunque el decrecimiento intertrimestral es menor que en el periodo precedente.

Por su parte, el gasto de las administraciones públicas se desacelera en este trimestre, aunque sigue presentando tasas de crecimiento "significativamente positivas".

Así, en el primer trimestre de 2009, el gasto en consumo final de los hogares continuó su descenso, pasando del -5,1 al -5,9%, si bien de forma menos intensa que en el trimestre anterior.

El factor esencial de este comportamiento es la continua reducción del empleo en la economía, que determina un descenso en el nivel de ingresos de las familias vía salarios.

Todos los componentes del gasto familiar presentaron en el segundo trimestre tasas negativas, aunque algunos repuntaron en este periodo, como las ventas de automóviles y el índice del comercio al por menor.

Por su parte, el gasto en consumo final de las administraciones públicas se desaceleró en el segundo trimestre, desde el 6,4% al 5,1%, como consecuencia del menor ritmo de avance de las compras de bienes y servicios, parcialmente compensadas por el aumento de la remuneración de los asalariados de las administraciones públicas.

La formación bruta de capital fijo aumentó su caída en dicho periodo, desde el -15,2% del primer trimestre al -17% en el segundo, aunque el descenso fue menos intenso que en el mismo periodo del año anterior.

En concreto, la inversión en bienes de equipo sigue presentando las tasas de crecimiento más negativas, en consonancia con el "pulso débil" de la producción industrial, la cifra de negocios y las importaciones de estos bienes. Así, pasó del -24,2% del primer trimestre al -28,9% del segundo. La inversión en maquinaria (-31,7%) presentó una caída mayor que la del material de transporte (-22,2%).

Asimismo, la inversión en construcción continuó retrocediendo en el segundo trimestre, con una tasa negativa del 12%, medio punto más que en el periodo anterior. La obra en infraestructuras continúa registrando tasas de crecimiento positivas (1,2%), especialmente la vinculada a las corporaciones locales y a la alta velocidad ferroviaria, mientras que la inversión en vivienda continúa descendiendo (-25,5% frente al -24,3% del trimestre anterior).

Los datos de Estadística ponen de manifiesto que la demanda exterior aumentó su contribución al PIB en hasta los 3,1 puntos durante el segundo trimestre. Tanto las exportaciones como las importaciones registraron tasas de crecimiento menos negativas.

Concretamente, las exportaciones de bienes y servicios repuntan casi dos puntos, del -17,6% al -15,7%, como consecuencia de la mejor evolución de la demanda nacional de los países a los que se destinan aquellas, especialmente de la Unión Europea.

De forma similar, las importaciones de bienes y servicios desaceleraron su retroceso en el segundo trimestre, aunque de forma menos intensa que las exportaciones, pasando del -22,9% al -22,3%.

Desde la óptica de la oferta y con la excepción de las ramas primarias, el INE apunta que en el segundo trimestre todas las actividades, a nivel agregado, registraron crecimientos más negativos en su valor añadido que en el trimestre anterior.

El valor añadido bruto de las ramas industriales profundizó su caída hasta el 16,8%, cifra que fue más acentuada en el caso de la industria manufacturera (-18,1%), mientras que las ramas energéticas registraron un decrecimiento del 9,7%. Por su parte, el valor añadido de la construcción cayó un 6%, tres décimas más, mientras que el de la rama de los servicios descendió un 1,1%.

El empleo, medido en términos de puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, registró en el segundo trimestre una reducción del 7,1%, ocho décimas más que en el primero, lo que se tradujo en la destrucción de 1.369.000 empleos a tiempo completo en el último año.

La mayor contracción de la ocupación se dio en la construcción (-25,3%), aunque la caída repuntó una décima, ofreciendo así síntomas de que podría haber alcanzado el mínimo en el primer trimestre. A continuación se situaron las ramas industriales y energéticas (-12,3%).

En el resto de ramas también se destruyó empleo, pero a tasas inferiores a los dos dígitos.

La productividad aparente del factor trabajo de la economía se situó en el 3,2% en tasa interanual, cifra una décima inferior a la del trimestre precedente.

Por su parte, la remuneración de los asalariados se contrajo un 2,6%, tres décimas más, como consecuencia de la caída del empleo asalariado (-6,9%), parcialmente compensado por la remuneración media, que creció tres décimas (4,6%).

De esta forma, el coste laboral por unidad de producto repuntó cuatro décimas, hasta el 1,4%.

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