sábado, 22 de agosto de 2009

La recuperación económica global ya ha comenzado

WASHINGTON.- La recuperación global de la peor depresión registrada en siete décadas "ha comenzado", pero la reactivación de la economía "no será fácil", dijo Olivier Blanchard, jefe de economistas del Fondo Monetario Internacional en un artículo transmitido a los medios.

"La recuperación ha comenzado. Mantenerla requerirá un delicado equilibrio de acciones, tanto dentro como entre los países", afirma Blanchard según el texto distribuido antes de su publicación formal.

Blanchard advirtió de que los modelos predecibles basados en recuperaciones de pasadas recesiones no serán efectivos para enfrentar la peor depresión global en siete décadas.

"El mundo no está en una recesión clásica. La salida no será simple. La crisis ha dejado profundas cicatrices, que afectarán tanto la oferta como la demanda durante muchos años", pronosticó.

Pero para sostener esa recuperación se necesitará una orientación de Estados Unidos hacia las exportaciones y de Asia hacia las importaciones, según Blanchard.

En el artículo, Olivier Blanchard dice que el potencial de la producción económica podría ser menor que antes de la crisis financiera.

El funcionario del FMI dijo que el consumo de Estados Unidos, que supone alrededor de un 70 por ciento de la economía estadounidense y buena parte de la demanda global, no volvería rápidamente a la fortaleza de antes de la crisis, ya que las economías de los hogares se enfrentan a billones de dólares en pérdida del mercado inmobiliario y de las bolsas.

Blanchard dijo que la crisis financiera ha hecho que los estadounidenses sean más conscientes de riesgos de secuelas, que es improbable que ocurran, pero que cuando suceden tienen consecuencias devastadoras.

Eso significa que los consumidores estadounidenses probablemente no vuelvan a su modelo de gastos, y que tanto Estados Unidos como sus socios comerciales tendrán que ajustarse.

Los países emergentes de Asia, principalmente China, tendrán un importante papel.

"Desde el punto de vista de Estados Unidos, un descenso en el superávit de cuenta corriente de China ayudaría a incrementar la demanda y sostener la recuperación de Estados Unidos", dijo. "Eso se traduciría en más importaciones de Estados Unidos que ayudarían a sostener una recuperación mundial".

Sin embargo, para que China aumente su demanda interna necesitará brindar una red de seguridad social más fuerte y aumentar el acceso de los hogares al crédito, lo que alentará a sus consumidores a ahorrar menos y gastar más.

"Una mayor demanda de importaciones chinas y un yuan más fuerte aumentará las exportaciones netas de Estados Unidos", dijo.

En el corto plazo, Blanchard dijo que muchos países verán crecimiento económico positivo en los próximos trimestres, aunque probablemente éstos sean demasiado tibios para reducir el desempleo, del que no se espera que toque techo hasta algún momento del año que viene.

Gran parte de ese crecimiento está basado en el estímulo fiscal y la reconstrucción de inventarios, y ambas tendrán que tener un final, con el estímulo teniendo un coste para el crecimiento del futuro.

"En casi todos los países, los costes de la crisis se han sumado a la carga fiscal, y una mayor imposición es inevitable", dijo.

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