El informe señala que este menor ritmo de crecimiento se explica por el impacto negativo de la evolución del empleo asalariado --cayó un 0,6% en 2008-- sobre la renta del trabajo y por los fuertes descensos de las ganancias patrimoniales (-21,7%) y de las rentas empresariales (-8,7%).
El aumento del 4,5% de la renta bruta de los hogares en 2008 es el menor, al menos, desde 2004, cuando dicha renta creció un 6,9%. El máximo se alcanzó en 2006, con un crecimiento del 12,8%, muy por encima del aumento del 9,3% de 2005.
Las rentas del trabajo, por su parte, crecieron un 6,1% el pasado año, también dos puntos menos que en 2007, hasta los 493.423 millones de euros; mientras que las rentas del capital ascendieron a 74.477 millones, con un crecimiento del 1,5%, lo que contrasta con el descenso del 3,5% de 2007.
La Agencia Tributaria indica que la evolución del IRPF en 2008 viene marcada por las medidas de política fiscal adoptadas en 2007 y 2008. En total, Hacienda afirma que el pasado año las familias se beneficiaron de una rebaja fiscal de 8.600 millones de euros, el 0,8% del PIB.
En concreto, la deducción de 400 euros supuso un ahorro de 4.100 millones de euros (3.790 millones por las menores retenciones del trabajo y 310 millones por menores pagos fraccionados), mientras que la deflactación de la tarifa, de los mínimos y de la reducción por trabajo alcanzó los 1.030 millones de euros.
La reforma del IRPF de 2007 también supuso un ahorro de 3.490 millones de euros. En total, entre 2007 y 2008 se habría reducido la imposición sobre las familias en unos 10.700 millones de euros.
Debido a estos cambios normativos, los ingresos totales por IRPF alcanzaron el pasado año los 71.341 millones de euros, lo que representa una caída del 1,8%, y el tipo medio efectivo se redujo un 7,4%, lo que profundiza la caída ya iniciada en 2007 con la reforma fiscal.
En cuanto a las distintas categorías, las retenciones del trabajo aumentaron un 2,3%, mientras que las de capital mobiliario crecieron un 27,3%. Por su parte, las retenciones de fondos de inversión se incrementaron un 6,9% y las de arrendamientos, un 12%; mientras que los pagos fraccionados cayeron un 15,9%.
Dentro de las retenciones del trabajo, el empleo asalariado registró en 2008 su primera tasa negativa (-0,6%) desde 1994, arrastrado por el intenso deterioro del sector de la construcción y la promoción inmobiliaria. En cambio, el salario bruto medio se situó en 24.928 euros, un 5,7% más, mientras que la pensión media se aceleró un 8,2% por la actualización del IPC y el aumento de las pensiones mínimas.
El componente más dinámico fueron los intereses bancarios, que crecieron un 51,8%, el segundo mayor crecimiento tras el aumento del 77% de 2007; mientras que los dividendos distribuidos se desaceleraron un 2,9%.
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