La morosidad también registró cifras históricas al situarse a 30 de junio en el 9,6% en el caso de los establecimientos financieros de crédito, mientras que por actividades, se elevó hasta el 18,6% en el consumo y hasta el 11,2% en automoción.
En el sector del consumo, el descenso de las operaciones de crédito ha sido muy desigual, ya que los préstamos personales son los que han experimentado un mayor retroceso, seguidos por la acusada bajada de la financiación de bienes de consumo y por la caída -algo más moderada- en el uso de los sistemas de crédito revolving asociados a las tarjetas de crédito.
En concreto, los créditos asociados a las tarjetas cayeron un 14,7%, con 6.202 millones de euros, seguidos de los préstamos para bienes de consumo, con 1.786 millones (-29%) y préstamos personales, que alcanzaron 384,5 millones (-68,1%).
El número total de contratos realizados durante este segundo trimestre alcanzó los 3,11 millones, lo que supone un 27,8% menos con respecto al mismo periodo del año anterior. Del tota, 2,8 millones correspondieron a consumo, con un importe medio de 2.900 euros (-26,5%) y 257.701 correspondieron a automoción, con un importe medio de 12.500 euros (- 39,4%).
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