miércoles, 23 de septiembre de 2009

La CE propone crear tres nuevas autoridades para mejorar la supervisión financiera

BRUSELAS.- La Comisión Europea presentó las propuestas legislativas para poner en marcha en 2010 un nuevo sistema europeo de supervisión, cuyo objetivo es prevenir la repetición de crisis financieras como la actual.

La medida más polémica es la creación de tres autoridades europeas de supervisión (bancaria, bursátil y de seguros), que tendrán poderes de mediación cuando haya discrepancias entre los reguladores nacionales de los países en los que opera una entidad transfronteriza.

Los planes finales del Ejecutivo comunitario se hacen públicos en vísperas de la celebración en Pittsburgh (Estados Unidos) de la tercera cumbre del G-20 desde el estallido de la crisis hace dos años. La Unión Europea pretende así ejercer un papel de liderazgo en las reformas de la arquitectura financiera internacional.

"Este sistema europeo puede inspirar un sistema mundial. Es la posición que defenderemos en el G-20 de Pittsburgh", dijo el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso.

Las tres nuevas autoridades europeas se encargarán de elaborar normas comunes para las entidades financieras y supervisarán a las agencias de calificación de riesgos. Además, dispondrán de facultades decisorias vinculantes en caso de desacuerdo entre los supervisores del Estado de establecimiento y el de acogida de una entidad transfronteriza.

Reino Unido era el Estado miembro más reacio a ceder poderes a estas autoridades europeas, sobre todo cuando se trata de decisiones de rescate de bancos que obligan a los Gobiernos a inyectar dinero en las entidades.

Para convencer a Londres de que acepte la reforma, el Ejecutivo comunitario deja claro que las decisiones adoptadas por las autoridades europeas de supervisión no deberán incidir en modo alguno en las competencias presupuestarias de los Estados miembros.

Si un Estado miembro considera que sus responsabilidades fiscales han resultado afectadas por una decisión de estas autoridades, existe un mecanismo de salvaguarda para recurrirla. La decisión final quedará entonces en manos de los Veintisiete.

El comisario de Mercado Interior, Charlie McCreevy, admitió que la cuestión de los poderes de las nuevas autoridades es muy "controvertida" entre los Estados miembros y anticipó que "habrá duras discusiones sobre este tema" tanto entre los ministros de Economía de la UE como en la Eurocámara.

En todo caso, McCreevy dejó claro que "las tareas de supervisión en el día a día seguirán realizándose a nivel nacional". En este sentido, reiteró que no ve "deseable" ni "factible" crear un supervisor europeo único. A su juicio, este supervisor único "no tiene sentido" porque la mayoría de los aproximadamente 7.000 bancos de la UE concentran su negocio en su Estado miembro de origen.

El Ejecutivo comunitario propone además crear un Consejo Europeo de Riesgos Sistémicos, cuya función será observar y evaluar las posibles amenazas para la estabilidad financiera, emitir alertas de riesgo y recomendaciones de actuación y vigilar su aplicación. El nuevo órgano estará formado por los gobernadores de los bancos centrales de los Veintisiete, así como por representantes de la Comisión y de las nuevas autoridades.

En un principio, el Ejecutivo comunitario había previsto que fuera el presidente del Banco Central Europeo (BCE) el que presidiera el Consejo Europeo de Riesgos Sistémicos. Pero también en este caso se han tenido en cuenta las preocupaciones de Reino Unido, que no forma parte de la eurozona, y finalmente serán los miembros de este órgano los que elijan a su presidente.

El comisario de Asuntos Europeos, Joaquín Almunia, afirmó que tiene "ideas bastante claras" sobre quién debe ser el presidente y el vicepresidente de este órgano, pero no quiso desvelarlas. Según publica el rotativo británico 'Financial Times', la vicepresidencia podría ocuparla el gobernador del Banco de Inglaterra, Mervyng King, a cambio de que Reino Unido acepte en la presidencia al presidente del BCE, Jean-Claude Trichet.

Entre los riesgos que examinará el nuevo órgano destacan la solidez de la situación de los bancos, la aparición de burbujas o el buen funcionamiento de las infraestructuras del mercado. Una vez identificado el riesgo, el Consejo dirigirá una recomendación al país o grupo de países afectados. Pero esta recomendación no será de obligado cumplimiento, y a veces ni siquiera se hará pública. Eso sí, el país que decida no seguirla deberá justificar el motivo.

Almunia explicó que también en el Fondo Monetario Internacional (FMI) se está discutiendo la creación de un órgano de estas características, vinculado al Consejo de Estabilidad Financiera, pero resaltó que la UE ocupa una posición de liderazgo.

"Esta propuesta formal de la UE es la primera que precisa todos los detalles de un instrumento que todo el mundo considera necesario y urgente. A veces se critica a la UE y a la Comisión por ser lentas en la respuesta. Hoy somos los primeros", resaltó el comisario de Asuntos Económicos.

Las propuestas de la Comisión tienen que ser ratificadas ahora por los Estados miembros y por la Eurocámara. Pero los jefes de Estado y de Gobierno ya han dejado claro que "han de adoptarse sin demora, a fin de que el nuevo marco quede plenamente establecido en 2010".

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